Medicina preventiva

Parkinson: ¿cuáles son los primeros síntomas para ir a una consulta médica?

Mariola Báez

Lunes 11 de enero de 2021

ACTUALIZADO : Lunes 11 de enero de 2021 a las 4:30 H

3 minutos

Esta enfermedad puede presentar otros síntomas no relacionados con la alteración en el movimiento

Parkinson
Mariola Báez

Lunes 11 de enero de 2021

3 minutos

La Federación Española de Parkinson define esta enfermedad como un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Según sus datos, es la segunda enfermedad con mayor prevalencia en la actualidad, después del alzheimer y está incluida en los que se conocen como Trastornos del Movimiento.

Aunque las investigaciones continúan, la causa última que provoca la Enfermedad de Parkinson (EP) no se conoce en todos los casos. La edad se considera un factor de riesgo, dado que la edad media de inicio de la enfermedad se sitúa entre los 55 y los 60 años, pero también los factores genéticos y medioambientales podrían contribuir a su aparición y desarrollo. Lo que sí se sabe es que el Parkinson se traduce en la pérdida o degeneración de las neuronas en la zona media del celebro, que provoca una carencia de dopamina, neurotransmisor esencial para la capacidad de movimiento.

La importancia de la detección precoz

Actualmente existen terapias y tratamientos farmacológicos efectivos para frenar el avance de la enfermedad, tal como señala la Asociación Parkinson Madrid, que aumentan su eficacia si actúan cuando la dolencia está en sus fases de inicio.

La lentitud en el movimiento (bradicinesia) es uno de los primeros síntomas apreciables. Acciones cotidianas y movimientos sencillos, que parecen costar más de lo normal pueden constituir una primera señal. Es posiible que se trate de una primera situación anómala, pero los expertos señalan que los síntomas que pueden alertar sobre el Parkinson son diversos y han de darse de manera conjunta, porque individualizados pueden ser manifestaciones de otras dolencias.

Además de esa lentitud en la ejecución de acciones simples, los temblores esporádicos aun estando en reposo, la rigidez muscular o cierta inestabilidad al intentar mantener una postura corporal, confirman  la necesidad inaplazable de una consulta médica.

Junto a estos síntomas, que deben ponernos en alerta, hay otros que no tienen nada que ver con la estabilidad y el movimiento y a los que también conviene prestar la debida atención. Alteraciones cognitivas, como alucinaciones o demencia, trastornos del sueño con pesadillas, insomnio, síndrome de las piernas inquietas; problemas físicos como sudoración excesiva, disfunción sexual, pérdida del sentido del olfato o problemas de micción pueden estar relacionados con el Parkinson. También otras dolencias  que afectan al aparato digestivo como la disfagia, el estreñimiento o la pérdida inexplicable de peso podrían tener conexión con esta enfermedad neurodegenerativa.

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