Mariola Báez
Medicina preventiva
¿Por qué se estresan las personas mayores? Situaciones habituales que tienen este efecto
El estrés no siempre está ligado a la actividad laboral, también puede persistir tras la jubilación
Aunque siempre lo relacionamos con algo malo, en realidad el estrés es una defensa de nuestro propio organismo, que activa el sistema nervioso para que estemos atentos ante cualquier situación de peligro. El problema surge cuando dicha situación, objetivamente no existe o no es tan grave, pero la sentimos así, haciendo que el mecanismo que genera el estrés se mantenga activo sin causa que lo justifique.
La Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) señala que un 3,8% de la población mundial, de más de 60 años, sufre algún tipo de trastorno relacionado con la ansiedad. Finalizada la etapa laboral o, en ocasiones, con “la vida resuelta” son muchos los adultos mayores que sufren estrés por causas muy diversas.
Preocupaciones frecuentes: ¿cómo frenar el estrés?
El propio cambio que implica iniciar una nueva etapa en la vida puede generar cierta inquietud por el futuro próximo. Es algo relativamente normal, propio de la condición humana. Pero, a veces, preocupaciones concretas pueden hacer que este sentimiento genere un estrés que repercute de manera negativa en la salud y en la calidad de vida.
Entre las situaciones desfavorables que los médicos apuntan como “culpables” del estrés en los mayores, destaca el miedo a dejar de ser autónomos, ante la aparición de distintas enfermedades que pueden ser diagnosticadas como crónicas. También el temor al aislamiento y a la soledad o las preocupaciones por la propia economía o la de los hijos y los nietos pueden convertirse en factores que desencadenen situaciones estresantes. El miedo a las posibles caídas y sus consecuencias es otro de los motivos que pueden acabar provocando episodios de ansiedad.
No siempre los síntomas de estrés tienen un origen negativo. Las buenas noticias o las expectativas ante un esperado acontecimiento, como puede ser la boda de un hijo o el nacimiento de un nieto, pueden provocar un nerviosismo “bueno” que también es importante saber manejar.
Respecto al cuidado de los nietos, algo bueno y beneficioso para toda la familia, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) recuerda la importancia de no sobrecargar a los abuelos con la responsabilidad y el sinfín de actividades que implica la atención a un niño, porque podría ser una causa más de estrés de la que, probablemente, la persona mayor no sea consciente.
Apostar por un envejecimiento activo, manteniendo las propias relaciones sociales o incrementándolas, haciendo algo de ejercicio y evitando el aislamiento es la base para que el estrés, simplemente, no aparezca.