Desde que cumplimos los 25 años, nuestra piel va perdiendo un 1% de colágeno anual, con lo cual, es fundamental un buen cuidado desde ese momento para envejecer de la mejor forma posible.
Nuestra piel tiene colágeno que da el soporte a nuestra piel, elastina que proporciona flexibilidad y fuerza, y ácido hialurónico. Con el paso de los años, nuestra piel va perdiendo estos tres componentes fundamentales.
El proceso de envejecimiento viene marcado por diferentes factores como pueden ser la genética, el medio ambiente, la exposición al sol, la alimentación, el tabaco, los cambios bruscos de temperatura, el cansancio o el estrés. No obstante, menos del 20% del envejecimiento se relaciona directamente con los genes, mientras que el 80% tiene que ver con el estilo de vida.
Los principales síntomas que se reflejan en nuestra piel y que nos envejecen son:
El sol es sin duda uno de los principales factores de envejecimiento, el cual puede provocar manchas entre otros daños, como puede ser la falta de elasticidad de la piel e incluso dar una apariencia de deterioro.
Las neoplasias como papilomas cutáneos, verrugas, parches ásperos (queratosis) y otras manchas son comunes en las personas mayores.
Además, según la edad se irán acentuando: las bolsas en los ojos, descenso de pómulos, descenso de parpados y cejas o arañas vasculares faciales, entre otros.
Una buena alimentación con un gran aporte de frutas y verduras, beber abundante agua, ejercicio físico o técnicas de relajación, nos ayudarán a cuidar nuestro organismo y, en concreto, a nuestra piel.