Sociedad

Alimentar a una persona dependiente

Rosa Roch

Foto: BigStock

Domingo 15 de mayo de 2022

4 minutos

La alimentación es una necesidad básica de las personas dependientes que hay que cuidar con atención

Alimentar a una persona dependiente
Rosa Roch

Foto: BigStock

Domingo 15 de mayo de 2022

4 minutos

Alimentar a una persona anciana o dependiente es una tarea que hay que cuidar con atención. Hay que planificar las comidas para que la dieta sea variada y equilibrada y, así, favorecer su salud, teniendo siempre en cuenta las necesidades y limitaciones de cada persona en cuanto a la masticación y la deglución y respetando sus gustos. Estos consejos te ayudarán en esta tarea, a veces tan difícil para el cuidador, porque alimentar no es solo dar de comer, también es tener cuidado de todo lo relacionado con esta necesidad básica.

 

Alimentar a una persona dependiente

 

Respeta los gustos de cada uno

La dieta que debe seguir la persona dependiente la establecerá el profesional sanitario, (médico, enfermero, dietista o nutricionista) encargado de hacer su seguimiento en base a su estado de salud. Es importante seguir sus pautas y recomendaciones.

No obstante, a la hora de planificar su dieta hay que trasladar al profesional cuáles son los gustos del comensal para priorizar, en la medida que sea posible, sus alimentos preferidos. La alimentación siempre será más fácil y apetecible si los alimentos son del agrado del comensal. Y esta premisa nos sirve a todos.

 

La masticación

Algunas enfermedades degenerativas como el alzhéimer, el párkinson o que afectan a la coordinación muscular pueden producir una disfunción motora, no solo la más evidente, como es el caminar o mover los brazos, sino también cualquiera en la que intervenga la musculatura, como es la masticación. En tal caso será necesario adaptar las comidas a una textura que permita una fácil masticación, lo que se denomina dieta blanda mecánica.

 

La deglución

Masticado el alimento, este pasa a la parte posterior de la boca para bajar por el esófago y alcanzar el estómago. Esta función suele hacerse de manera seminconsciente, es decir no pensamos en que hay que hacerlo, sino que es el mismo organismo quien se encarga de llevarlo a cabo gracias a diferentes nervios que actúan sobre los músculos bucales, la garganta y el esófago para que trabajen de manera coordinada. Así pues, trastornos neuronales, problemas en el esófago o el mismo estrés pueden producir problemas en la deglución.

En tal caso, los alimentos se tendrán que preparar formando una masa uniforme para evitar que se esparza por toda la boca. Para ello, puedes usar puré de patata, harina de trigo o yema de huevo que, además, proporcionará proteínas, de esta manera conseguirás espesar los alimentos y aglutinarlos, pero has de tener en cuenta que el valor calórico del plato aumentará.

Otra opción es usar espesantes artificiales para alimentos. Los hay con sabor neutro, para no alterar el gusto de las comidas, o con sabor a limón o a naranja para, al espesar el agua, darle un toque de sabor, como si se tratara de un refresco.

Por otro lado, hay que evitar los alimentos que forman bola, como son los pegajosos, las galletas y la bollería.

 

La postura

Cuidar los hábitos posturales a la hora de comer también puede ayudar. La comida la daremos frontalmente para que no tenga que girar la cabeza, utilizaremos cuchara de postre para no dar mucha cantidad en un toma y dejaremos que coma a su ritmo, sin prisas. En el momento de tragar inclinaremos levemente la cabeza hacia adelante para facilitar la toma de aire.

 

El espacio

El espacio donde va a comer la personas anciana o dependiente ha de ser relajado, evitaremos tener el televisor encendido o niños jugando alrededor. Hay que explicarle qué va a comer, pues hay que tener en cuenta que un alimento triturado o texturizado cuesta de identificar.

Además, si la persona puede comer por ella misma, adecuaremos el entorno colocando el plato delante de ella y el vaso y los cubiertos de manera que le sean fácil de coger. Algunos cubiertos están especialmente diseñados para personas con problemas para comer, son cubiertos con el mango más grueso, pero también los podemos adaptar de manera casera incorporando unos manguitos de espuma.

Finalmente, después de la ingesta hay hacer una higiene bucal para que no hayan quedado restos de comida que puedan ser aspirados, y esperar una rato antes de ir a dormir para no dificultar la digestión.

 

 

Sobre el autor:

Rosa Roch

Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.

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