Sociedad

Andorra salva la vida a una mujer de 78 años para la que no había respirador en España por ser mayor

65ymás

Viernes 22 de mayo de 2020

4 minutos

Emma tenía coronavirus y necesitaba urgentemente una intubación que en Lleida no le podían dar

Andorra salva la vida a una mujer de 78 años para la que no había respirador en España por ser mayor
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Viernes 22 de mayo de 2020

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Emma tiene 78 años y ha superado el coronavirus gracias a haber sido trasladada a Andorra, ya que en el hospital de Cataluña en el que le correspondía ser atendida iban a dejarla morir al tener que dar prioridad a pacientes más jóvenes. La suya es una de esas historias que hace reflexionar sobre cuántas personas mayores se han quedado en el camino en esta pandemia del COVID-19 por no contar con las mismas oportunidades que el resto por razones de edad.

Tal y como relata el diario Poble Andorrà, Emma se encontraba bien de salud, pero al contagiarse del virus empeora súbitamente, apenas puede respirar y su estado pasa a ser crítico. Acude al Hospital de la Seu d'Urgell (Lleida), donde se dan cuenta de que necesita urgentemente ventilación mecánica. Sin embargo, no están preparados para ello. Como hacen habitualmente con pacientes en estado grave, contactan con el Hospital Universitari Arnau de Vilanova, en Lleida, pero la respuesta no es la esperada: están saturados y desbordados. Los pocos respiradores de los que disponen están reservados para la gente joven. En esos días, desde el Departament de Salut de la Generalitat de Cataluña se da orden de dar preferencia a los menores de 70 años ante la imposibilidad de atender a todos los que necesitaban ser intubados. Así pues, este hospital sólo recomienda al centro de la Seu que le den oxígeno y ver cómo evoluciona.

Andorra salva la vida a una mujer de 78 años para la que no había respirador en España por ser mayor

Una llamada salvadora

Los facultativos del hospital de la Seu tienen claro que así no va a poder superar esta situación. Sólo disponen de tres camas para pacientes críticos y sin capacidad para sacar adelante una intubación. Es sábado. Faltan cinco minutos para la una de la tarde y tienen claro que la pierden. Los médicos llaman desesperadamente a Jordi Fàbrega, alcalde de la Seu y ex director asistencial del hospital. Le explican el caso y éste les cuenta que habló al inicio de la crisis con el ministro de Sanidad andorrano, Joan Martínez Benazet, y que le dijo que si en algún momento necesitaban una cama y había disponibilidad, Andorra la pondría a su disposición.

Con esa promesa en la mente, Fàbrega llama al ministro y le explica la situación. Unos minutos después, Benazet les da el ok. Emma llega al Hospital Nostra Senyora de Meritxell de Andorra agonizando. La situación es tan grave que una vez ha hablado con los médicos del hospital andorrano, el ministro comunica al alcalde que hay muchas posibilidades de que la mujer no pase de esa noche. Las siguientes horas son críticas, pero Emma demuestra una fuerza increíble y mejora de forma espectacular en sólo una noche. La intubación le hace evolucionar a pasos agigantados, hasta el punto de que se le retira la ventilación mecánica mucho antes de lo que es normal en estos casos. Cuando ya puede se traslada a planta, regresa al hospital de la Seu, donde el personal sanitario la recibe con grandes muestras de alegría. La última vez que la vieron daban por hecho que iba a ser la última vez.

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