Sociedad

Anna Freixas: "Se hace un enorme negocio con el miedo de las mujeres a la menopausia"

Marta Jurado

Foto: Remedios Malvarez Baez

Sábado 4 de mayo de 2024

7 minutos

Entrevista a la psicóloga y escritora feminista tras la reedición de su libro "Nuestra menopausia"

Anna Freixas: "Hay un empeño en meternos miedo con la menopausia, cuando es una etapa de liberación"
Marta Jurado

Foto: Remedios Malvarez Baez

Sábado 4 de mayo de 2024

7 minutos

Arrojar luz sobre la oscuridad y abrir los ojos de las mujeres hacia otro enfoque de la realidad posible, lleva siendo el objetivo vital de la escritora y psicóloga feminista, Anna Freixas, desde hace décadas. Autora de una de las obras pioneras en la gerontología feminista, Mujer y envejecimiento. Aspectos psicosociales (Fundación La Caixa, 1993), ahora ya jubilada, acaba de revisar otra de sus mítica obras, Nuestra menopausia. Una versión no oficial (@Capitan_Swing, 2024). Una obra, que se publica casi 20 años después de ver la luz por primera vez y en la que también llama a una mirada crítica sobre lo que considera "el negocio del miedo de las mujeres y la menopausia".

"Hay cierto empeño en mantener ese miedo de las mujeres con esta etapa vital" cuando en realidad es un "tiempo de renovación y de liberación", asegura. Reconoce que conlleva una serie de cambios, hormonales, físicos y mentales, así como "ciertas molestias", pero que en su mayoría desaparecen con el tiempo. Por contra, Freixas llama a poner el foco en su lado más positivo y liberador: "Ya no te puedes quedar embarazada, ya no tienes dolores menstruales y surge la oportunidad de crear con una energía nueva y renovada. No es el principio del fin, sino la resurrección".

"No se pueden relacionar todos los malestares de una mujer de 50 años con la menopausia"

Lo que ocurre en su opinión es que tradicionalmente, – y esto no ha variado apenas en los últimos 17 años desde la primera publicación de su libro– es que se da una tendencia general a la "dramatización de la menopausia". "Es un momento del ciclo vital en el que primero tuviste la regla, la menarquia – que también podía conllevar conllevar dolores y acné–; y a los 50, ya no tienes la regla. Si no hemos dramatizado la menarquia, ¿por qué vamos a hacerlo con la menopausia?", se pregunta. Y la respuesta está, según defiende, en que se sigue haciendo desde la clase médica y la industria farmacéutica "un enorme negocio con el malestar de las mujeres", con todas los posibles efectos secundarios negativos, como los sofocos, el insomnio, los cambios de estado de ánimo. "Ojalá se pusiesen los mismo esfuerzos en hacer negocio con el bienestar de las mujeres, con hacernos más felices, que con su malestar". 

Para Freixas, y basándose en su trayectoria profesional y la bibliografía feminista sobre el tema, concluye que "la menopausia no es un tema únicamente médico, sino mucho más amplio, es un viaje interior". Pese a ello concluye que "se tiende a tratarlo como una enfermedad, a medicalizarlo, con terapias hormonales como casi única salida, cuando no lo es". Y pone el ejemplo del insomnio. "Es posible que los problemas para dormir de una mujer en torno a los 50 años, no se deban solo a la menopausia, sino al momento vital de cada una, sus preocupaciones, sus relaciones, su falta o no de red de cuidados... La menopausia no se produce en el vacío, llega a una vida ya hecha, en la que quizás sí sea un buen momento para hacer balance sobre muchas cosas. Pero no se pueden relacionar todos los malestares de una mujer de 50 años con la menopausia. Cada mujer es distinta y cada menopausia también". Por ello recomienda informarse, hacer deporte, hablar con otras mujeres que hayan pasado por el proceso y confiar en la sabiduría del cuerpo y de las hormonas. "No hay que entrar en pánico, sino aceptarlo como uno más de los procesos de cambio en el ciclo vital".

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Un laberinto de género y edadismo

Respecto a las connotaciones socioculturales de este proceso vital, Freixas asegura en su libro que la menopausia sufre además los estereotipos negativos asociados al género y a la discriminación por edad en las sociedades occidentales. "Ser viejas no es una desgracia, sino una suerte. La vejez se inicia el día en que nacemos y cada año cumplido debería ser celebrado", asegura, pero reconoce que el escrutinio sobre los cuerpos maduros de las mujeres es más feroz aún que en el caso de los hombres mayores.  "Mientras los hombres maduran, las mujeres envejecen", recuerda, citando a la escritora y filósofa Susan Sontag. Y defiende que las dos cosas parten del mismo estigma: "el miedo a envejecer y la no aceptación".

Frente a esto, la realidad, ella contraataca de nuevo. "Cada vez hay más mujeres mayores activas, interesadas e involucradas en el mundo cultural, social, vecinal. Somos muy interesantes, y eso da mucha vida. Hay que visibilizar esto, ya que demuestra que hay otra vejez posible, toda una vida por delante que disfrutar y de la que estar orgullosas". Ella misma es un ejemplo de ello, ya que a sus 77 años sigue involucrada en actividades académicas, de activismo social y cultural. "No paro, tengo una agenda tremenda", confiesa.

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La carga de la 'generación sandwich': mujeres que cuidan por arriba y por abajo

Preguntamos a Freixas sobre la coincidencia de la menopausia con una edad en la que muchas mujeres forman parte de la "generación sandwich". Es decir, que a los 50 años, se encuentran cuidando por arriba a sus padres ya mayores, y por debajo, en muchas ocasiones a sus hijos que aún no son independientes. "Es una realidad que nos está interpelando, una carga más, que muestra que las redes de cuidados en España son insuficientes, y al final recaen en los cuidados informales.

Todo esto, debería recaer en el Estado, que proporcionase una red de cuidados suficientes, para que no recaigan en el 100% sobre las familias y que las empresas tengan en cuenta la conciliación y la crianza dentro de sus planes. "Se dice que una mujer de 50 años no duerme por los estrógenos, cuando en realidad, puede que sea por todo este peso que soporta". Y añade que muchas mujeres, pasados los 60 años, "también cuidan por el medio, a su pareja o amigas, además de a los nietos".

El 71% de las familias recurren a los abuelos para el cuidado de sus menores. Foto: Europa Press

Sobre el cuidado gratuito de los nietos: "Es una trampa del amor"

Sobre el cuidado de los nietos, Freixas lleva tiempo llamando a la reflexión. "Es una tema complicado. Yo no tengo la respuesta de si se debería pagar o no por la labor de cuidado sistemático que hacen los abuelos y las abuelas de los nietos. Pero tenemos que empezar a trasladar a nuestros hijos la necesidad de reflexionar sobre por qué pagarían a un cuidador para sus hijos x dinero, y cuando lo hacen los abuelos, es gratis". 

"Creo que no se debería dar por hecho que por ser abuelo o abuela tengas que cuidar de tus nietos de manera sistemática, es decir, varios días a la semana. Nosotros tenemos nuestras vidas, y se debería dar la opción de elegir y que la persona decidiese si le interesa o no. Que no se de por hecho. Pero ésta es una más de las trampas del amor...", concluye.

Sobre el autor:

Marta Jurado

Marta Jurado

Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.

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