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La genetista estadounidense Mary-Claire King ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025, según ha hecho público hoy el jurado encargado de su concesión.
El jurado de este Premio –convocado por la Fundación Princesa de Asturias– estuvo presidido por Pedro Miguel Echenique Landiríbar e integrado por Jesús del Álamo, Alberto Aparici Benages, Juan Luis Arsuaga Ferreras, Avelino Corma Canós, Elena García Armada, Bernardo Hernández González, Rosa Menéndez López, Amador Menéndez Velázquez, Concepción Alicia Monje Micharet, Ginés Morata Pérez, Erika Pastrana Izquierdo, Noemí Pinilla Alonso, Lluis Quintana-Murci, Peregrina Quintela Estévez, María Teresa Telleria Jorge, María Vallet Regí y Manuel Toharia Cortés (secretario)
Esta candidatura ha sido propuesta por Peter Greenberg, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2023, y cuenta con el apoyo de Gene E. Robinson, director del Instituto de Bilogía Genómica Carl R. Woese de la Universidad de Illinois (EE. UU.).
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— Fundación Princesa de Asturias (@fpa) June 12, 2025
Mary-Claire King (Chicago, EE. UU., 27 de febrero de 1946) se graduó en Matemáticas por el Carleton College (Northfield, Minnesota) en 1966 con la calificación cum laude y, posteriormente, realizó su tesis doctoral en Genética en la Universidad de Berkeley, bajo la dirección de Allan Wilson. Entre 1974 y 1976 cursó una estancia posdoctoral en la Universidad de San Francisco, tras la cual regresó a Berkeley como profesora de Genética y Epidemiología en el departamento de Biología Molecular y Celular, donde ejerció hasta 1995, cuando se incorporó a la Asociación Estadounidense del Cáncer, en la Universidad de Washington (Seattle), y es miembro afiliado del Fred Hutchinson Cancer Center (Seattle), cargos que sigue ocupando en la actualidad.
Su trabajo de doctorado en Biología Evolutiva tuvo ya una enorme trascendencia al determinar la gran proximidad genética entre humanos y chimpancés —un 99 % idénticos— a través de análisis estadísticos de similitud entre proteínas. En 1974, King comenzó a investigar en el grupo del Dr. Petrakis el origen del cáncer de mama. Tras muchos años de una compleja investigación y desarrollo de nuevos modelos estadísticos de genética de poblaciones y genética evolutiva, en 1990 consiguió identificar un gen localizado en el cromosoma 17, denominado BRCA1, así como que las mutaciones en este gen estaban implicadas en el desarrollo de determinados tipos de cáncer de mama y ovario. Este trabajo supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer, una enfermedad compleja de la que no se sospechaba que pudiese tener un origen genético, y en su tratamiento. A partir de entonces, el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras, como la enfermedad de Huntington o la fibrosis quística, comenzó a enfocarse desde otro punto de vista.
Mary-Claire King ha tenido, también, un papel muy relevante en la aplicación de la genética en el ámbito de los derechos humanos, como en casos de identificación de desaparecidos y sus descendientes tras la dictadura argentina y en otros países, con el denominado 'índice de abuelidad'. King —cuya labor ha llevado a la identificación y reunificación de 138 familias hasta el momento— trabajó con las abuelas argentinas de desaparecidos para establecer el Banco Nacional de Datos Genéticos en Argentina, la primera institución dedicada a preservar sistemáticamente la información genética para futuras identificaciones. Recientemente ha hecho, también, contribuciones clave a la comprensión de la esquizofrenia, proporcionando evidencias de que ese trastorno surge de mutaciones de novo —cambio en la secuencia de ADN de un gen que se observa por primera vez en una persona y que no ha aparecido en generaciones anteriores— que dañan los genes que regulan la neurogénesis en la corteza prefrontal fetal. Al integrar la genómica con la neurociencia, ha desempeñado junto con sus colegas un papel fundamental en el hallazgo de los fundamentos moleculares de la esquizofrenia y ha proporcionado nuevos conocimientos sobre su patogénesis y posibles terapias. Según Scopus, cuenta con 349 publicaciones científicas, 48 631 citas y un índice h de 106.
Mary-Claire King es doctora honoris causa por más de veinte universidades de todo el mundo y miembro, entre otras, de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. En 2012 fue presidenta de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana y ha tenido y tiene cargos relevantes en múltiples instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, como el Instituto Nacional del Cáncer y otros institutos nacionales de salud, y a nivel internacional, como el Consejo Científico de la OMS. Entre los múltiples premios que ha recibido destacan la Medalla de la Universidad de California (2004), el Mujeres y Ciencia del Instituto Weizmann de Israel (2006), el Lasker-Koshland de Investigación Médica (EE. UU., 2014), la Medalla Nacional de Ciencias de Estados Unidos (2016), el Shaw en Ciencias de la Vida y Medicina (Hong Kong, 2018), la Medalla Mendel de la Sociedad de Genética de Reino Unido (2018), el Premio Internacional Gairdner de Canadá (2021) y la Public Welfare Medal de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (2025).
Los Premios Princesa de Asturias están destinados, según señala su Reglamento, a galardonar "la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional». Conforme a estos principios, el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica se concederá a la «labor de cultivo y perfeccionamiento de la investigación, descubrimiento y/o invención en la astronomía y la astrofísica, las ciencias médicas, las ciencias tecnológicas, las ciencias de la Tierra y del espacio, las ciencias de la vida, la física, las matemáticas y la química, así como de las disciplinas correspondientes a cada uno de dichos campos y de las técnicas relacionadas con ellas".
En esta edición concurría al galardón de Investigación Científica y Técnica un total de 59 candidaturas de 23 nacionalidades.
Este ha sido el séptimo de los ocho Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su cuadragésima quinta edición. Anteriormente, fueron otorgados el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades al filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, el Premio Princesa de Asturias de las Letras al escritor español Eduardo Mendoza, el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales al sociólogo y demógrafo estadounidense Douglas Massey, el Premio Princesa de Asturias de las Artes a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, el Premio Princesa de Asturias de los Deportes a la tenista estadounidense Serena Williams y el Premio Princesa de Asturias de la Concordia al Museo Nacional de Antropología de México. La próxima semana se fallará el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
El acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias se celebrará, como es tradicional, en el mes de octubre en una solemne ceremonia presidida por Sus Majestades los Reyes de España, acompañados por Sus Altezas Reales la Princesa de Asturias y la Infanta doña Sofía.
Cada Premio Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró —símbolo representativo del galardón—, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de cincuenta mil euros.