
Marina: "La felicidad, en todas las etapas de la vida, radica en armonizar tres grandes necesidades"
El filósofo ha lamentado que "las emociones de las personas mayores se siguen estudiando poquísimo”
José Antonio Marina, el filósofo y pedagogo empeñado en mejorar la educación
Inteligencia Artificial y nuevas tecnologías, claves contra la soledad de las personas mayores
Sentir que progresamos, que no estamos estancados, que avanzamos y todavía tenemos proyectos que cumplir, es una de las claves de la felicidad que da el filósofo José Antonio Marina (@panoptico_el). Así lo ha destacado durante el Seminario Académico Bienestar emocional y calidad de vida en la nueva longevidad, organizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE (@fmapfre) y la Universidad Carlos III de Madrid (@uc3m), que ha celebrado esta pasada semana su VI edición, en la que se han presentado los trabajos que han sido seleccionados por el comité científico e investigadores, y profesores universitarios han analizado cómo la tecnología puede mejorar el bienestar de los mayores y mitigar su soledad.
En diálogo con Juan Fernández Palacios, director del centro de investigación Ageingnomics, Marina ha recordado que en los años 90, los sentimientos y las emociones apenas se estudiaban, "ni siquiera en la carrera de psicología". Aunque es un tema en el que se ha ido profundizando con el tiempo, el filósofo lamenta que "la emocionalidad y la sentimentalidad de las personas de edad se sigue estudiando poquísimo. Y una de las cosas que necesitan las personas de edad, digamos con la misma importancia que la higiene física y la cognitiva, es la higiene emocional".
"La edad produce estragos en el mundo emocional y uno de esos estragos es que, de repente, se pierde el sentimiento de la propia eficacia", algo que es "importante para el diseño de los proyectos".

La clave de la felicidad
Para Marina, la felicidad, en todas las etapas de la vida, radica en armonizar tres grandes necesidades: vivir confortablemente, mantener relaciones afectivas satisfactorias y ampliar al máximo las posibilidades de acción. “Esas tres necesidades se mantienen a lo largo de los años, y el talento en cada edad consiste en satisfacerlas de la mejor manera posible, con los recursos que cada una de ellas tiene”, ha indicado durante su intervención en el Seminario. Y añade: "El sentimiento de estancamiento está clarísimamente en contra de la felicidad en las personas mayores y, por tanto, tenemos que buscar solución a eso. Todo el mundo tiene que tener proyectos".
Además, ha avanzado que su trabajo está actualmente enfocado en desarrollar "una pedagogía de la senectud, que ayude a todas las personas a reconocer cuáles son sus posibilidades reales, y cómo pueden aumentar sus recursos físicos, sociales y mentales e invertirlos en un futuro mejor".
"Hay un envejecimiento orgánico y un envejecimiento cultural. Cada sociedad en cada momento inventa un modelo de vejez al que se supone que deberá amoldarse todo el mundo, y eso es falso; cada persona debe preparar su propia senectud", ha destacado durante el encuentro, subrayando "la necesidad de mantener abiertos todos los canales de comunicación posibles, ya que es una gran herramienta para combatir la soledad que puede surgir en esta etapa de la vida".
En este sentido, el filósofo también ha hablado sobre la soledad no deseada, aludiendo a que "muchas veces no somos consecuentes". "¿Por qué si durante toda nuestra carrera profesional estamos preocupados de la pensión de jubilación, no estamos preocupados también de nuestra pensión emocional? Es decir, yo no puedo vivir toda mi vida como un individualista cero y luego de repente encontrarme solo. Tenemos que preocuparnos un poco de crear relaciones afectivas a lo largo de nuestra vida". Así, ha recordado que mantener las relaciones afectivas, el segundo paso de la felicidad, "exige trabajo".
"Los mayores tienen que querer seguir siendo productivos"
Marina ha asegurado también que, aunque con la edad "disminuye la velocidad de transmisión neuronal y también parte de las funciones ejecutivas", hay "una contrapartida", y es que "las personas de edad, ante una tarea, utilizan zonas más amplias del cerebro que gente más joven, como si hubiera una especie de compensación por la falta de esa rapidez o agilidad. De manera que durante mucho tiempo se puede realmente equiparar los resultados".
De hecho, destaca que "es más importante cómo cambia todo el metabolismo afectivo de las personas de edad que los mecanismos cognitivos". En este sentido, considera que lo que hay que hacer es "conocer muy bien las posibilidades que tienen las personas de edad", ya que puede que "inventar" no sea lo más propicio para ellos, sino "comprender".
"Una sociedad que lo que dice es lo importante que es la innovación, está diciendo: no me interesa nada lo anterior, lo que me interesa es cómo puedo construir una cosa nueva. Ahí, en ese momento, sí están en condición de inferioridad las personas de edad", ha explicado. "Lo que estamos viendo ahora en las nuevas generaciones es que el hecho de la especialización es tan sumamente feroz que tienen que dedicarse a una parcela muy pequeñita de todo el saber. Lo que pasa es que para comprender necesitamos tener un acceso más amplio, más de totalidad. Entonces estamos creando, incluso en el mundo científico y por supuesto en el mundo social, un tipo de cultura que se basa en la innovación, que se basa en saber utilizar las cosas, pero que no comprende lo que está haciendo". Ahí es donde entran en juego las personas mayores, señala, "porque precisamente el recurso que hace falta para comprender es la memoria. Y la memoria de la experiencia es el tesoro de la edad".
En esta línea, ha hecho referencia a la "experiencia", una palabra "absolutamente tramposa", pues considera que "la experiencia por sí sola no enseña nada. Nadie aprende de la experiencia, de la experiencia aprende quien quiere aprender. Y por eso a las personas de edad lo que hay que preguntar es: ¿pero tú quieres seguir aprendiendo de la experiencia o no? Si no quieres seguir aprendiendo de la experiencia, no eres nada, estás fuera. De manera que la sociedad no solo debe favorecer que las personas de edad sigan siendo productivas, las personas de edad tienen que querer seguir siendo productivas. Necesitamos aprender, igual que los niños aprenden, los adolescentes aprenden, los adultos aprenden, las personas de edad tienen que aprender cómo utilizan su inteligencia".
"Tenemos que ver exactamente en qué tipo de profesiones o actividades interviene la memoria. Un investigador puntero en cualquier campo puede ser muy joven. Pero un clínico no puede ser joven, porque el tipo de conocimiento clínico es un tipo que exige una construcción de los mismos, exige una ampliación de las redes de conocimiento, exige una capacidad de reflexionar sobre los propios conocimientos y exige una actitud de aprendizaje continuo y de autocrítica continua", ha explicado.
La inteligencia artificial "va a beneficiar" a las personas mayores
Uno de los temas de estudio que más interesa a Marina, según ha señalado, es la "reserva cognitiva". "La reserva cognitiva es un fenómeno muy curioso que extrañaba a los neurólogos porque al hacer la autopsia de personas sanas se encontraron con que anatómicamente tenían alzhéimer. Lo que vieron es que había personas que tenían anatómicamente alzhéimer y que, sin embargo, no habían tenido manifestaciones clínicas de la enfermedad. Es una cosa llamativa. Y había una característica: todas esas personas habían tenido una educación alta", ha señalado.
Teniendo esto en cuenta, "la hipótesis con la que trabajamos es que hay ciertas configuraciones en la memoria que tienen que darse a través de procesos educativos, que permiten un tipo de trenzado de redes en la memoria que hace que aunque una parte anatómica de esa memoria quede afectada por el alzhéimer, al tener una red muy tupida para llegar a muchos nodos, parte de esa memoria sigue en funcionamiento. Si eso es así, tenemos ahí una llave educativa fantástica".
El segundo tema que llama su atención es la inteligencia artificial, la cual "va a beneficiar" a las personas mayores, ha afirmado. "Ahora desde la infancia vamos a tener consciencia de una cosa: educar es la construcción de la memoria y la memoria de los seres humanos serán dos formatos: un formato neuronal y un formato electrónico". Pero resalta la importancia de "aprender en tu cabeza, porque si no lo tienes en tu cabeza, no vas a entender lo que tienes en tu memoria electrónica". En el caso de las personas mayores, explica que la idea es que "cuando una persona llegue a los 80 años, tenga parte de su memoria neuronal, que a lo mejor ha disminuido, pero ha ido creando una interacción continua con su memoria electrónica que le va a acompañar toda su vida. Tenemos que empezar a trabajar sobre ello".
Con todo, en relación a la inteligencia artificial ha apuntado que "en este momento hay que replantearnos que la inteligencia artificial es una tecnología maravillosa, pero tenemos que tomarnos muy en serio cómo utilizamos esto, porque cuando hablamos de tecnología estamos mintiendo. Eso no existe. Existe tecnología más usuarios, tecnologías más diseñadores. Tenemos que cuidar muy bien cómo utilizamos esas técnicas potentísimas porque se pueden volver contra nosotros".