Sociedad

"Las mujeres jóvenes y mayores vivimos situaciones distintas, pero la lucha es transversal"

Marta Jurado / Pablo Recio / Antonio Castillejo

Foto: Marta Jurado / Pablo Recio

Sábado 9 de marzo de 2019

13 minutos

Las mujeres vuelven a hacer historia el 8M

Huelga 8M
Marta Jurado / Pablo Recio / Antonio Castillejo

Foto: Marta Jurado / Pablo Recio

Sábado 9 de marzo de 2019

13 minutos

Así vivimos el 8M en 65Ymás

El Día Internacional de la Mujer ha llenado las calles de todas las ciudades, grandes y pequeñas, de España de millones de gritos pidiendo la igualdad real de mujeres y hombres. UGT y Comisiones Obreras han calificado la jornada de "hito histórico". En Madrid, según la Policía Nacional, se ha duplicado la asistencia con respecto al año pasado y han sido más de 350.000 personas las que han tomado las calles. Por su parte, en Barcelona, la Guardia Urbana ha cifrado la participación en 200.000 personas, más o menos la misma que en 2018. Dejando datos a un lado, lo que verdaderamente importa es que por segundo año consecutivo, y este aún más que el anterior, raudales de mujeres, y -afortunadamente- no pocos hombres, han reivindicado lo que es suyo, de todos, la libertad para vivir como cada cual quiera y de hacerlo sin miedo; la igualdad en sus derechos laborales, el reconocimiento de su trabajo, de su valía y lo inaceptable, insoportable, que resulta ser tratado como un ser inferior.

Y cuando mencionamos que no son pocos los hombres que las respaldan, lo hacemos por no decir la mayoría. Como muestra vale un botón: en la Comunidad de Madrid son los hombres los que montaron lo que se ha dado en llamar "puntos de cuidado", zonas o locales en los que son ellos los que ofrecían su apoyo logístico para liberar a las mujeres durante la jornada de huelga.

La segunda huelga feminista, bien de 24 horas o con paros parciales, de la historia, ha sido múltiple, laboral, de cuidados, de consumo, asociativa y estudiantil con una idea muy clara: “Si las mujeres paramos, se para el mundo”. Algo que, por cierto, parece compartir Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, cuando declaró que "cerrar la brecha de género elevaría un 35% el PIB".

Hasta la ONU exige cambios “tan rápidos como radicales” que hagan posible la igualdad de género. “Nuestra cultura dominada por los hombres ha ignorado, silenciado y oprimido a las mujeres durante siglos e incluso milenios”, sentenció el secretario general de la ONU, António Guterres.

Las voces del 8M

La periodista, actualmente en Telemadrid, María Rey, vestida con una camiseta en la que se podía leer “No me rindo”, explicó a 65Ymás que para esta manifestación “hay tantos motivos como experiencias personales, profesionales y familiares. Todas y sobre todo las mujeres que ya llevamos unos años en este oficio sabemos lo difícil que es conciliar y lo injusta que es esta profesión. Cuando yo estudiaba, la mitad de los que estábamos sentados en clase para ser periodistas éramos mujeres, cuando llegué a la redacción éramos más de la mitad, pero sólo he visto una vez a una mujer en el despacho. Siempre son ellos los que mandan y toman las decisiones. Y porque ellos tomaron las decisiones que tomaron se han producido a lo largo del tiempo siatuaciones por las que las mujeres no hemos avanzado, muchas veces hemos retrocedido".

Contó que en televisión, "siguen pensado que la aportación más importante de nuestro trabajo es el aspecto, la imagen, lo que puedas hacer en un plató en el que normalmente manda un hombre, salvo excepciones. Es clave que no perdamos de vista las reivindicaciones, es clave que sigamos movilizándonos. Cada una con su manifiesto, con sus ideas, desde su ideología. Creo que el feminismo no tiene tanto que ver con las ideologías sino con experiencias y compromisos de futuro. El mío es con mis hijas y con mis hijos y por eso estoy aquí”, aseguró.

No es el primer año que Carmen García acude a la concentración del 8M. Trabaja en la Comunidad de Madrid y es afiliada de CCOO. Explicó que “las mujeres jóvenes y mayores vivimos situaciones distintas pero la lucha es transversal".

“Cuando empecé con el feminismo a mis 19 años ya luchábamos por el aborto. Ahora hay mucha más gente, esto da esperanza pero aún hay que pelear cosas que deberían estar avanzadas, no solo aquí sino en todo el mundo”, apuntó María Ángeles, publicista de 61 años.

Concha, funcionaria, se manifiesta por las mujeres de su edad y por las más jóvenes, porque el problema "sigue siendo el mismo". "Reivindicamos la igualdad salarial, entre otras muchas cosas", añadió.

Los Yay@flautas no podían faltar a la cita. “Las mujeres estamos muy contentas de que nos movilicemos. Nos hace falta movilizarnos mucho para conseguir la igualdad con los hombres. Ya estamos hartas”

Periodista y organizadora de las movilizaciones del 8M, Laura Casielles, hace una valoración muy positiva del apoyo a la huelga de este año “sobre todo está siendo mayor en ciudades pequeñas y pueblos”, señaló.

Me incorporé tarde al mundo del feminismo hace 20 años tras dejar mi trabajo como secretaria en una multinacional aeronáutica. Desde entonces se abrió un mundo para mí y ahora me dedico a redescubrirlo entre mujeres”, nos contó Teresa, de 61 años, emigrada del mundo rural.

Felisa y sus hijas, María del Mar e Isabel, salen a la calle como cada 8M para reivindicar la igualdad. La madre se muestra encantada con la concentración. "Hay que luchar por la igualdad. Me parecen geniales estas movilizaciones", explicó.

"Las mujeres trabajadoras llevamos luchando muchos años por nuestros derechos y cada vez vemos que tenemos menos", comentaron Carmen y Teresa que reclaman a los sindicatos: "Sólo con un paro de dos horas no se va a conseguir".

La comunicadora de la cadena SERPepa Bueno, explicó a 65Ymás que “las movilizaciones por la igualdad no van a ser fáciles ni rápidas, llevamos 300 años de lucha. Ahora reivindicamos, el 50% y eso no se consigue de la noche a la mañana.El movimiento conseguirá cosas si es transversal”.

También periodista en la SER, Àngels Barceló, nos aseguró que “este año hay más motivos para movilizarse que el año pasado, hay que luchar por derechos conseguidos que ahora están en riesgo con el auge de la ultraderecha”.

“Me emociona ver a tanta gente joven y que tomen el relevo. Llevo 20 años yendo a las manifestaciones de Jacinto Benavente a Atocha”, aseguró Mari Luz Guzon, funcionaria leonesa de 58 años.

Queda mucho por hacer. Normalmente los puestos directivos siguen siendo para los hombres y yo ya tengo 29 años de profesión. Son ellos los que siguen teniendo capacidad de decisión”, denunció Gloria que es productora.

En comparación con el año pasado ha habido mucho más apoyo a la huelga , teniendo en cuenta que venimos de Majadahonda. Tenemos ganas de ver cómo va esta tarde, pero seguro que es más masivo e intergeneracional”, apuntó Lola Sánchez Ruiz, candidata de IU a la alcaldía Majadahonda.

Queti, 67 años, jubilada por invalidez denuncia la injusticia de que a su sobrina la hayan despedido por embarazo. "Nosotras luchamos pero no vemos cambios. Son los políticos los que se tienen que mojar”, nos dijo.

“La única que soy dueña de mi vida soy yo misma”, declaró la cantante Rozalén que dió un concierto sorpresa en el picnic feminista de la Plaza Nelson Mandela, en el madrileño barrio de Lavapiés. Para ella es difícil entender que haya partidos políticos, "incluyendo a los de derechas", que no estén "con la lucha feminista. Está claro que hay partidos que no ayudan en esto. El feminismo lo que quiere es la igualdad y ya no hablamos solo de sexos, sino que va más allá: el feminismo siempre ha estado con colectivos minoritarios y no comprendo como todos los partidos no están en esto", aseguró la artista.

Rozalén también declaró sentirse “súper ilusionada". "Tengo la sensación de que va a ser más potente que el año pasado, es un movimiento de amor absoluto y me parece maravilloso llenar las calles de música. Estoy feliz", dijo. "Comprender lo que significa y de dónde viene el feminismo ya es de por sí interesante: que se hable de esto es fundamental, pero queda mucho porque es una cultura muy arraigada", continuó Rozalen antes de recordar que se está "intentando cambiar unos conceptos que llevan demasiado tiempo arraigados entre hombres y mujeres, y eso puede cabrear un poquito".

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