El matemático que creó un sistema que le llevó a ganar 14 veces la lotería y terminó investigado
Su método obligó a varios países a cambiar las reglas de los sorteos
Stefan Mandel es un matemático rumano que desafió a todas las loterías posibles y puso en duda si ganarla es simplemente un golpe de suerte. Mandel logró quedarse con el premio mayor catorce veces gracias a un método que él mismo diseñó y que mantuvo oculto durante muchos años antes de hacerlo público. Sus reiterados aciertos provocaron que varios países modifiquen las normas de los sorteos.
En los años 80, Stefan Mandel se mudó a Australia, donde obtuvo la nacionalidad y pudo acceder al sistema financiero de la Commonwealth, lo que le permitió participar en diversos sorteos de manera simultánea. Más tarde, creó un fondo de inversión ajustado a la legislación vigente, que tenía como objetivo ganar la lotería y repartir el premio entre los participantes.
¿Cuál era su estrategia?
Mandel compraba una gran cantidad de boletos siguiendo un patrón que había calculado previamente. Para los sorteos con seis números del 1 al 40, por ejemplo, existen 3.838.380 combinaciones posibles. Él elegía aquellos premios cuyo bote triplicaba el número total de combinaciones y luego invertía en adquirirlas todas en diferentes casas de apuestas. En un sorteo hipotético de 10 millones de euros y apuestas a un euro, la operación le podía dar más de seis millones de euros de beneficios.
Tras dar a conocer su método, Estados Unidos modificó la regla de varios sorteos, especialmente después de que Stefan Mandel jugara en la lotería de Virginia realizando apuestas de un dólar.

Perseguido por el FBI
El alcance de su método llevó a diversas investigaciones del FBI y la FIA. Su sistema contribuyó a que muchas loterías realicen controles para evitar que alguien compre más boletos de los que el premio podía cubrir.
Mandel ganó en Australia hasta en doce ocasiones lo que llevó a las autoridades locales a limitar la compra masiva de boletos por parte de grupos organizados. Aun así, la norma no impedía que personas individuales siguieran adquiriéndolos, por lo que el matemático continuó ampliando su patrimonio a través de una empresa propia de lotería.



