Sociedad

La persona más longeva de la historia es la francesa Jeanne Calment: ¿verdad o montaje?

Marta Vicente

Miércoles 30 de junio de 2021

11 minutos

Esta teoría defiende que la mujer no falleció a los 122 años, sino a los 99

La persona más longeva de la historia es la francesa Jeanne Calment, ¿verdad o montaje? (Foto: Wikimedia Commons)
Marta Vicente

Miércoles 30 de junio de 2021

11 minutos

Jeanne Louise Calment es una celebridad en su país natal, Francia. Es la persona más longeva de todos los tiempos: murió a los 122 años y 164 días. Nació en 1875 en Arlés (Francia) y en su larga existencia vivió la revolución industrial, la tecnológica, las dos Guerras Mundiales, la Guerra Fría, la gripe española, la construcción de la Torre Eiffel... Conoció un mundo alejado de los aviones y automóviles y, a su vez, el inicio de Internet. Es una historia alucinante, que siempre ha despertado gran curiosidad. ¿Cómo es posible que una persona viviera tanto y más perteneciendo al siglo XIX?, ¿se trata de una farsa? Hace un par de años, ese título se puso en duda por la aparición de dos científicos rusos que cuestionaron la veracidad de la edad de la mujer. 

Calment residió durante toda su vida en Arlés, ciudad del sur de Francia y conocida por inspirar las pinturas de Van Gogh. En 1988, en la conmemoración del centenario de la visita a la ciudad del emblemático pintor, la supercentenaria saltó a la esfera pública por asegurar que había conocido a Van Gogh con tan solo 13 años. "Sucio, mal vestido, y desagradable", así recordaba al pintor neerlandés el día que acudió al taller de su padre para comprar pinturas. Desde ese momento, la mujer, que entonces tenía 113 años, ganó notoriedad internacional por la increíble historia que escondía.

 

 

Tiene una película documental sobre su vida, Beyond 120 years with Jeanne Calment (1995), se convirtió en la persona de mayor edad en actuar en una película –apareció brevemente en la película Vincent and Me (1990) haciendo de ella misma–, y fue incorporada en el libro Guinnes de los récords en 1988 como la mujer más longeva certificada de la historia. Después de todos estos reconocimientos, el gerontólogo ruso Valery Novoselov y el matemático Nikolay Zak hicieron saltar las alarmas tras cuestionar la validez de la historia de Calment, a través de una investigación publicada en 2018: ambos defendían la teoría de que Jeanne Calment había muerto en 1934 y que, por tanto, la mujer era en realidad su hija, Yvonne, nacida en 1898, quien asumió el nombre de su madre.  

En este trabajo, Zak narraba el origen de sus sospechas: "Encuentro múltiples contradicciones en sus entrevistas, biografías, fotos y documentos. Sugiero una explicación de estas discrepancias basada en la hipótesis de que la hija de Jeanne, Yvonne, adquirió la identidad de su madre después de su muerte para evitar pagar el impuesto de sucesiones y que la muerte de Jeanne Calment fue reportada por su familia como la muerte de Yvonne en 1934". Por lo que la famosa Jeanne habría muerto, en realidad, a los 99 años.

Jeanne Louise Calment reveló que su única hija, Yvonne, había fallecido a causa de una neumonía. ¿Por qué creían que la hija se hacía pasar por la madre? Para empezar, el matemático se extrañó al conocer la altura de la mujer. A los 57 años, medía 152 cm y, a los 114, 150. Solo había perdido 2 centímetros en 60 años, una cifra muy poco probable teniendo en cuenta que con la edad se suele encoger 1 centrímetro cada 10 años después de los 40, proceso que se acelera después de los 70. "La joven Yvonne era más alta que Jeanne", señalaba Zak para apoyar su hipótesis.

Tras esto, Yuri Deigin, CEO de la startup de biotecnología Youthereum Genetics, compartió el artículo 'Por qué el récord de longevidad de Jeanne Calment puede ser falso' en Medium, donde comparaba fotografías de madre e hija.

En concreto, en estas fotos de la supuesta Jeanne (derecha) e Yvonne (Izquierda), Deigin destacó que la mandíbula, el cuello y la barbilla son muy parecidas entre ambas mujeres, razón por la cual podría tratarse de la misma persona.

Yvonne (izquierda) en 1922 y Jeanne (derecha) en 1945

Yvonne (izquierda) en 1922 y Jeanne (derecha) en 1945​.  Foto: artículo de Yuri Deigin en Millenium

 

En cambio, fotografías más antiguas de Jeanne, muestran rasgos diferentes, según el experto en biotecnología: "Podemos ver una clara diferencia en el mentón y la mandíbula inferior. Yvonne también tiene un cuello más largo y grueso, con una muesca yugular más pronunciada".

Jeanne (izquierda) e Yvonne (derecha). Según Yuri Deigin, la mujer que falleció en 1997 se parece físicamente más a Yvonne. Foto:  Yuri Deigin en Millenium

Jeanne (izquierda) e Yvonne (derecha). Según Yuri Deigin, la mujer que falleció en 1997 se parece físicamente más a Yvonne. Foto: artículo de Yuri Deigin en Millenium

 

"Esta hipótesis es ridícula e imposible"

Michel Vauzelle, alcalde de Arlés, declaró a la CBS que esta teoría es "completamente ridícula e imposible". Asimismo, el gerontólogo y covalidador de la longevidad de Calment Jean-Marie Robine la describió como "inestable" y que "no se basaba en nada" a Le Parisien: "Nunca antes se había hecho tanto para probar la edad de una persona. Nunca encontramos nada que nos permitiera sospechar de su edad. Teníamos acceso a información que sólo ella podía saber, como los nombres de sus profesores de matemáticas o de las criadas que pasaban por el edificio. Se le hicieron preguntas sobre estos temas. O no lo recordaba o respondía bien. Su hija no podía saberlo", añadió.

A su vez, Robine, que en los 90 se encargó de investigar y verificar la vida de Jeanne, sostenía el hecho de que una familia como Calment, que era habitual en los clubes de clase alta, no hubiera podido llevar a cabo un engaño de tal calibre:  "¿Te imaginas a cuánta gente habrían mentido? ¿De la noche a la mañana, Fernand Calment (el marido de Jeanne) habría hecho que su hija se pareciera a su esposa y todo el mundo habría permanecido en silencio? Es absurdo".

Los defensores de la supercentenaria han llegado a crear hasta un grupo de Facebook para desmontar la teoría de Valery Novoselov y Nikolay Zak, así como el resto de análisis que aparecieron después. Lo cierto es que la hipótesis de los rusos nunca ha podido demostrarse, incluso el argumento de que el motivo para suplantar la identidad fue ahorrarse los impuestos de secesión no tenía sentido, ya que no eran tan altos. Zak cambió entonces la razón de la suplantación, exponiendo otra razón más improbable que la primera. El propio matemático ruso dijo que no tenía pruebas "de hierro fundido" para corroborar el supuesto fraude.

Sobre el autor:

Marta Vicente

Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.

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