Clara González
Sociedad
Así se fabrican las 61.174 placas que dan nombre a las calles de Madrid
Su producción tiene lugar en Aranjuez, desde donde se trasladan al centro de la capital
No es extraño encontrarse de vez en cuando a alguien, turista o no, fotografiando las placas que identifican las diferentes calles de Madrid. Y es que el azul pantone 2757C pintado sobre ellas es ya un distintivo que te permite saber en qué parte de la ciudad te encuentras.
Su origen parte de Aranjuez, de API Fabricación, el lugar en el que se perfilan y crean las 61.174 chapas metálicas que dan nombre a las calles de la capital. ¿Pero de dónde surge la fabricación de estas placas?
Un origen que se remonta al siglo XIX
Entre 1833 y 1834, siendo alcalde de Madrid Joaquín Vizcaíno, Marqués Viudo de Pontejos, comenzaron a inaugurarse las primeras placas de la ciudad. Estas se colocarían en los dos extremos de la calle y se numerarían con los pares a la derecha y los impares a la izquierda, empezando desde la Puerta del Sol.
La idea de usar nombres de personas importantes o hechos históricos suplió la necesidad de evitar repeticiones. Así se bautizaron las primeras 240 vías.
Con la llegada del siglo XX, el estilo se las placas se modificó, dando lugar al que conocemos ahora: letras blancas sobre un azul oscuro.
De Aranjuez al centro de la capital
El proceso de fabricación de las placas se compone de varias fases. En primer lugar, una máquina corta con láser las chapas de aluminio y acero con el tamaño adecuado, se limpia y pliegan los bordes de la chapa para pintarla de azul. Una vez esto está hecho, se le coloca una máscara con el nombre de la calle y el escudo de Madrid, sobre la que un trabajador de la empresa colorea las letras con un spray blanco. Retirada la máscara que actúa como una pegatina, se le aplica un barniz antivandálico y se pasa por el horno para secarla.
Siguiendo la normativa municipal, los diseñadores encajan en la placa la fuente tipográfica Gill Sans MT Condensed, con unas estrictas medidas que marcan una altura fija de 25 centímetros y un ancho variable en función del texto, de 45 centímetros a 1,20 metros.
Su buena fabricación garantiza que puedan aguantar 20 años. En un día, en API Fabricación producen unas 30 placas.
Normas de colocación
La colocación de las placas debe cumplir con unas normas. Principalmente, deben ser visibles en el sentido del tráfico rodado. En el caso de que una vía tenga varios tramos, deberán situarse a la entrada y salida de estos.
Por otra parte, además de las chapas azules características, para los recintos históricos de Madrid se emplean unos identificativos de cerámica, que incluyen el nombre de la calle junto a un dibujo de la misma. Estos se colocan en los edificios más singulares y en el centro de la ciudad.
Saqueos y polémica
Las placas de la capital no están exentas de sufrir robos e incluso polémicas. De hecho, el Ayuntamiento de Madrid tuvo que elevar la altura de la de John Lennon, en el distrito de Retiro, por la cantidad de saqueos que padecía.
Cada año se roban o dañan unas 612 placas y, cuando una desaparece, cuesta 100,33 euros reponerla. En 2023, el Ayuntamiento de Madrid procedió a la instalación de 247 placas azules en viales nuevos, a la sustitución de otras 627 y a la limpieza de 20.
También sufren actos vandálicos aquellos nombres de vía que se han cambiado debido a la Ley de Memoria Histórica.
Así pues, para garantizar la buena conservación de estos identificativos de la ciudad, periódicamente se llevan a cabo tareas de inspección por los barrios. En el caso de este mes le toca al Barrio del Pilar.