Este pasado martes, María Fernández Garcia, vecina de Gijón y conocida como 'Mari', fallecía al caer por su ventana y golpearse la cabeza mientras intentaba tender la ropa.
Según la información facilitada a Europa Press por la Policía Nacional, unos vecinos llamaron a las 20:15 horas alertando de que en el hueco del tendedero se encontraba el cuerpo de una mujer. Previamente, una vecina había bajado a los trasteros, que están en el sótano, y a través del enrejado lo había visto.
Rápidamente, la Policía y la UVI móvil se desplazaron hasta la calle Puerto de San Isidro, aunque al tratarse de un sitio demasiado estrecho y enrejado, tuvieron que intervenir también los bomberos para poder sacar el cuerpo sin vida de la mujer. Finalmente, el cuerpo fue trasladadao al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses para realizarle la autopsia.
Se cree que la mujer, que había vivido en ese primero durante casi 40 años, murió por un fuerte golpe en la sien ya que presentaba una herida abierta en la parte derecha de la cabeza que coincidía con el bordillo. A la vez que comprobaron que dentro de la casa tenía un cesto lleno de ropa preparada para tender, pero que no había llegado a hacerlo. Así mismo, el hermano de la víctima, que se desplazó al lugar, señaló que la fallecida tenía unos tiestos grandes con geranios en la ventana y que, para evitar dañarlos, acostumbraba a encaramarse a la ventana para poder llegar al tendal.
Dado que la ropa ya estaba casi seca cuando encontraron el cuerpo, se sospecha que el accidente se produjo horas antes de llamar a los servicios de emergencia.
"Una pena muy grande"
"Desde que murió el segundo hijo lo estaba pasando mal, con el resto de familiares casi no tenía relación y se apoyaba mucho en nosotros, es una pena muy grande...", comentaba Daniel Dos Santos, vecino puerta con puerta de la fallecida, según informa El Comercio. Al parecer, la mujer se encontraba sola después de que su segundo hijo muriese en una intervención quirúrgica hace unos meses. Era taxista y "siempre estaba pendiente de ella". Su marido y su otro hijo fallecieron hace ya bastantes años.
Los vecinos la recuerdan como "una buena persona, muy cercana y que siempre tenía una palabra amable con todos". Comentaban también que, el lunes anterior a su muerte, había acudido a ponerse la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 y que "estaba contenta porque decía que así en poco tiempo podría salir más a la calle y estar más acompañada".
Varios familiares, incluido su nieto Ramón, acudieron al lugar en cuanto se enteraron del terrible suceso. "Estamos sin creérnoslo, ha tenido muy mala suerte...".
