Antonio del Barrio, el poeta que floreció tras la jubilación

A sus 69 años, Antonio del Barrio, que dedicó su vida profesional al ámbito empresarial y bancario, ha cumplido un sueño largamente pospuesto: publicar poesía. Con la aparición de su primer poemario, Pinceles y rimas, para rosas y espinas (Ed, Agencia del Libro), Del Barrio demuestra que la jubilación no es un final, sino una oportunidad para realizar proyectos personales. Un libro que, nació precisamente tras su retiro y que no podría existir sin una extensa trayectoria vital.

"Aprovechando, que mi edad me da un recorrido de la vida amplio, y de alguna manera ello contribuye a verla y analizarla desde una perspectiva más serena y rica en experiencias, he hecho un repaso por momentos importantes de la existencia de una persona, ya sean en sentido positivo (rosas) o negativo (espinas), y he plasmado en poesía lo que a mi juicio es y debe ser el comportamiento del alma, protagonista indiscutible de mis versos", explica en su poemario. 

Una afición que aparcó durante 40 años

Según relata Del Barrio a 65YMÁS, su afición por las letras comenzó tempranamente, durante sus años de estudiante en Segovia, y continuó en Madrid, donde "seguí llenando cuartillas" en locales bohemios como las Cuevas de Sésamo o El Pentagrama. Sin embargo, esta pasión quedó aparcada. "Tuvieron que pasar 40 años para continuarla", explica, un periodo en el que tuvo que "aparcar la escritura para estudiar y posteriormente trabajar", aunque siempre con la intención de volver.

Su estilo poético, influenciado por la enseñanza tradicional que recibió en su etapa escolar, se inclina hacia "lo clásico de la rima". Se siente cercano a grandes maestros "de lo purista". Cuando aborda "temas profundos del ser humano o cuando reivindico libertad para desterrar la opresión, me aproximo a Miguel Hernández". Si sus versos exploran "el sentido común o a lo hermoso del paisaje de la vida, estoy más cerca de Antonio Machado". Y al tratar el amor, la impotencia ante el daño o describir al poeta, siente que está "'llegando' a Bécquer", con quien también comparte "la afición por la pintura".

Aciertos y tropiezos de la experiencia vital

La creación de su primer libro no fue tan ardua como podría parecer. Del Barrio confiesa que, siendo "justo conmigo mismo", el camino ha sido "más 'benévolo' de lo que yo esperaba". Atribuye esta fluidez a la "hambre literaria que tenía después de mucho tiempo sin hacerlo" y a la "ventaja de la experiencia de la vida", que le otorgó "más recorrido emocional que un autor joven" para hablar de sus "aciertos o tropiezos, las rosas y espinas".

Lejos de conformarse con un único logro, Antonio del Barrio ya trabaja en nuevos proyectos. Confirma que tiene "en curso un segundo libro de poemas", centrado en el amor y la forma de llegar a él, con previsión de publicación "antes de fin de año". A más largo plazo, se ha comprometido a terminar una novela que empezó hace muchos años y tiene en un cajón, "a medio camino". También tiene a medias, un poemario sobre las tradiciones y costumbres de mi pueblo, Otero de Herreros (Segovia)", que espera que "en 2026 vea la luz. Finalmente, avanza "un proyecto del corazón" sobre la vida de sus padres fallecidos.

"No dejéis vuestras ilusiones, por estar jubilados laboralmente"

Dirigiéndose específicamente a los jubilados, Del Barrio explica que la jubilación no es un retiro de la vida, sino "es un momento de pasar de obligaciones laborales a aquellos proyectos que a uno le ilusionaron siempre". Enfatiza que "a los 65 años somos perfectamente válidos para realizar las actividades que nos gustan en la sociedad". Poseen "la libertad para hacerlo y la experiencia de la vida vivida que es un “libro de sabiduría”" para afrontar el futuro con más garantías.

Para aquellos que, como él, tienen pasiones que aún no han intentado desarrollar, su consejo es claro: "crean en ellos mismos, que no les venza el miedo ni la desgana". No obstante, subraya la importancia de no iniciar "una meta a ciegas, solo envuelta en ilusión". La ilusión, según él, "hay que dotarla de la formación necesaria". Y lanza un mensaje final: "No dejéis vuestras ilusiones, por estar “jubilados laboralmente”.