Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEsta fruta de sabor y aroma intenso se cultiva desde hace más de 3.000 años en China y la India, aunque las variedades mediterráneas empezaron a cultivarse en el siglo XIX. En la actualidad se producen miles de toneladas al año y es junto al plátano, una de las frutas más apreciadas por los más pequeños de la casa.
Conocer las variedades, su producción, y qué hay que tener en cuenta a la hora de comprarlas, nos ayudará a elegir siempre las mejores.
Si bien hay diferentes variedades de mandarinas, en el mercado solo las tendremos en función del calendario de producción de cada una, es decir, no podemos elegir qué variedad comprar como lo hacemos con los tomates.
Las primeras que encontramos, en septiembre, son de la variedad Satsuma (originaria de Japón) de piel amarilla o incluso verdosa. En octubre tendremos las clementinas Oronules y Orogrande, de piel rojiza y más dulces. En noviembre, las Clemenules (originarias de Nules, Castellón), consideradas las reinas de las mandarinas por su gran sabor. En diciembre y enero, la Clemenvilla, de piel más roja y lisa. En febrero, las Tangor, de piel muy brillante, color intenso y estéticamente muy bonitas. En marzo, las Ortanique, ideales para hacer zumo, pero difíciles de pelar. También en marzo y abril, tendremos la variedad Orri, igualmente muy ricas y dulces.
La madarina es una fruta de otoño e invierno, al igual que la naranja, ideal para esta temporada en la que es bueno tomar vitamina C que refuerce el sistema inmunológico para combatir la estación más fría del año. Por ello, en España, la producción de mandarina va desde finales de septiembre hasta abril, dependiendo del año.
Si bien podemos encontrar mandarinas en verano, estas no son de producción nacional, sino importadas de Sudáfrica o Sudamérica, que no son de mala calidad, pero no llegan tan frescas como las producidas en España y por tanto se nota en el sabor.
A la hora de preparar un zumo natural, generalmente siempre cogemos naranjas, pero con las mandarinas también se puede preparar un delicioso zumo para el desayuno. A pesar de que el tamaño es considerablemente más pequeño que el de las naranjas, las mandarinas también nos pueden dar una buena cantidad de zumo. Simplemente hay que saber escoger las más indicadas para ello. Las más jugosas son las Ortanique, mutación de la clementina. Mandarinas de piel muy prieta, fina y que cuesta pelarlas.
La firmeza de la fruta también es un indicador de frescura. Una mandarina blanda puede ser que lleve tiempo en el lineal o en el almacén y que su interior esté seco, sin zumo.
Una buena mandarina ha de ser firme al tacto, aunque no excesivamente, lo cual indicaría que no está en su punto adecuado de maduración.
La hojas pueden ser un buen indicador para saber si la mandarina es fresca o ya hace tiempo que se ha recogido y distribuido. Si las hojas son verdes es señal de que no hace mucho de que están en el mercado. El verdor de las hojas dura entre 2 o 3 días.
Un apunte: no te extrañe ver que no todas las mandarinas mantienen sus hojas. Generalmente solo se dejan algunas para que no pudran la fruta próxima.
Según la variedad de la mandarina el color de la piel puede ser diferente. Por ejemplo, las tempranas (Satsuma) son de color amarillo, y las Tangor, de color más rojizo y brillante. Esto no influye en su frescura.
Por otro lado, el tamaño tampoco marca la calidad de esta fruta. Ni una mandarina grande es mejorn ni una pequeña será menos dulce. El dulzor depende de la cantidad de zumo que contenga y en muchas ocasiones, porcentualmente, una de pequeño tamaño contiene más zumo que una grande.
Al comprar las mandarinas nos hemos de fijar en que la piel tenga buen aspecto, que no presente golpes ni manchas, que sea lisa -independientemente de lo granulada que se muestre, lo cual lo determina la variedad-, fina, limpia y sin cortes. Las que presentan rozaduras o imperfecciones de origen también son aptas para el consumo, no obstante, son de una categoría inferior y por lo tanto han de ser más económicas. Estas mandarinas son ideales para preparar zumo.
La mandarina es una fruta que no debe conservarse en la nevera. Lo mejor es dejarlas en un frutero a temperatura ambiente, de esta manera podremos disfrutar más de su sabor.