Alimentación

Expertos, sobre la fiebre de las marcas por la proteína: "Son productos más caros e innecesarios"

Marta Jurado

Foto: Big stock

Jueves 2 de mayo de 2024

9 minutos

Recomiendan que los mayores con déficit de proteína consulten a su médico o nutricionista

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Marta Jurado

Foto: Big stock

Jueves 2 de mayo de 2024

9 minutos

Yogures, batidos y hasta galletas y cereales enriquecidos con proteínas. Cada vez más fabricantes y supermercados ofrecen este tipo de productos con alto contenido en proteína en sus estanterías, en su mayoría destinados a la población general –y no solo para deportistas como ocurría hasta hace poco–. Una de las últimas empresas en subirse al carro de las proteínas ha sido la lechera Pascual (@LechePascual_es), que anunciaba este abril la creación de una nueva marca, Dinamic Protein, para "democratizar la proteína entre un target mucho más amplio de la población como complemento a su bienestar físico y su actividad diaria", con el que prevén facturar más de 20 millones de euroos en tres años, con productos que van desde leche sin lactosa o café a batidos enriquecidos. Pero son muchas otras las empresas que ofrecen este tipo de productos en el mercado, desde Burgo de Arias (@burgodearias) y su línea 'Protein Plus', a diversos productos de yogures Danone (@danone_es),  pasando por gelatinas del Dr Oetker, mueslis y cereales de Kellogs(@SpecialK_ES) o leches de Alpro (@Alpro) altas en proteínas. 

Publicitados en muchas ocasiones como aliados para lograr un mejor rendimiento físico y masa muscular, en 65YMÁS nos preguntamos si son realmente necesarios, así cómo la manera en la que pueden afectar estos productos a la salud y el bolsillo de los mayores. "Los alimentos enriquecidos en proteínas eran hasta hace poco tiempo productos para atletas y usuarios de gimnasios que buscan más musculación, y se vendían en tiendas especializadas de dietética o nutrición. Pero ahora la industria alimentaria parece querer convencer al conjunto de la población de las ventajas de una dieta rica en proteínas, por lo que en los supermercados encontramos cantidad de productos con el reclamo en la etiqueta de “alto en proteínas” o algo similar.  Los compramos pensando que son mejores para la salud o que nos van a ayudar a adelgazar. Pero lo único demostrable es que son más caros que los normales", señalan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores)

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Fuente: Pascual

Más proteína no significa más músculo

Los expertos consultados coinciden en que no existe una necesidad general de consumir productos enriquecidos en proteína, tampoco entre los mayores sanos. "Hay ahora mismo un boom de los productos con proteínas, que está generando una situación compleja con su apertura al público general a nivel nutricional y de salud, y que se ha multiplicado en los últimos años", opina señala Rafael Urrialde, especialista en alimentación, seguridad alimentaria, nutrición miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (@sennutricion). "Lo primero que habría que preguntarse es si la persona que lo va a consumir tiene déficit o falta de proteínas. Si no se tiene déficit o carencia y se trata de una persona sana con una dieta saludable – y esto incluye a los mayores–, estos productos no son necesarios, por lo que invita a que en casos de carencia, se pida ayuda a un profesional médico o a un nutricionista.

Por su parte, el mediático nutricionista Juan Revenga (@juan_revenga) lo tiene claro: "Los productos enriquecidos en proteínas son más caros y en muchas ocasiones más insanos" y considera que la proliferación de estos productos se debe a "una nueva línea de negocio de la industria", más que de una necesidad real. En el caso de personas mayores que tengan pérdida muscular, recomienda no creer en "dietas milagro", consultar a especialistas y sobre todo aumentar la actividad física, "que es lo que hará que ser recupere masa muscular," además de llevar una dieta basada en alimentos frescos y de mercado. Un filete de pollo tiene 20 gramos de proteína y que además de la carne, los huevos o el pescado también los cereales, los frutos secos y las legumbres tienen proteínas especialmente cuando las consumimos combinadas con hidratos como el arroz. 

 

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Fuente: Carrefour

Tomamos proteína en exceso, incluídos los mayores de 65 años

Preguntados por el tema desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (@sociedadSEEN) explican a 65YMÁS "es importante entender que un producto que se promocione como un aporte proteico, ni tiene por qué ser necesario, ni tiene por qué ser bueno para todo el mundo", asegura su portavoz el doctor Francisco Pita, en referencia a que en situaciones de enfermedades, conocidas o desconocidas, probablemente sea necesario ajustar la cantidad, bien porque precise más o porque precise menos, como es el caso de la enfermedad renal crónica avanzada. "Una buena alimentación con un patrón dietético como la dieta mediterránea aporta la cantidad suficiente de proteínas como para no precisar un aporte extra. No es necesario consumir estos productos para tener cubiertas las necesidades de proteínas generales, salvo casos concretos o enfermedad".

Desde la Fundación Española de Nutrición señalan que solo 1 de cada 10 españoles toma la cantidad de proteínas adecuado. Es más, 3 de cada 10 hacen un consumo excesivo, según el estudio científico ‘Distribución de macronutrientes y fuentes alimentarias en la población española: resultados obtenidos del estudio científico ANIBEES 2016’. En concreto, los expertos explican que una persona sana de más de 65 años tiene unas necesidades proteicas muy similares a las de una persona de 30 años o incluso ligeramente inferiores. Para un cálculo fácil, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, una persona sana y con un peso adecuado debería conseguir a través de la alimentación 1 gramos de proteína por cada kilo de peso al día. Es decir, para una persona de 70 kilos, debería alcanzar 70 gramos de proteínas al día, mientras que la recomendación para la para los mayores sería de 56 gramos (0, 8 gramos por kilo y día).

Atención a las etiquetas: no es oro todo lo que reluce

Por otra parte, los expertos destacan importancia de leer las etiquetas para saber qué es lo que compran. De acuerdo con la normativa europea CE 1924/2006, cuando un alimento exhibe la alegación de “alto contenido de proteínas” es porque la proteína supone al menos el 20% del valor energético del alimento, mientras que si indica “fuente de proteínas” debe contener un mínimo del 12%. Fuera de estas declaraciones nutricionales que están reguladas, algún fabricante puede emplear términos para llamar la atención sobre el producto, pero no es un término que esté aprobado por la legislación vigente para claro ni cuantificado el aporte o contenido de proteínas.  "1 gramo de proteínas aporta 4 calorías, 1 gramo de hidratos de carbono otras 4 calorías, y 1 gramo de grasa 9 calorías".

 Estos son los nutrientes que “dan energía” o calorías. Por eso se mide de este modo el aporte de proteínas, lo que representa sobre las calorías totales (y no en gramos absolutos).  Por otro lado recuerdan que "hay productos que se publicitan con elevado aporte de proteínas, pero el resto de la composición (azúcares, grasas saturadas, sal…) puede ser muy poco saludable, por lo que nos engañamos y lo que se intenta mejorar por una parte, empeora por otra", señala Pita. Aunque Urrialde matiza en este punto que aunque muchos llevan edulcorantes, el problema de consumir productos enriquecidos en proteína es que dejes de tomar otros nutrientes necesarios, y entre ellos incluye los carbohidratos. "Lo que tiene que ser saludable es la dieta", insiste.

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Fuente: Foodwatch

Una moda, igual que los productos 'light'

En opinión de la nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles (@beatrizcalidad), autora del libro 'Come seguro comiendo de todo' (Ed. Planeta) el tema de las proteínas "es una moda". "En cada época nos hemos fijado en un nutriente como si fuese la panacea, bien para evitarlo o, como en el caso de las proteínas para potenciarlo. En la década de los 60 y 70, a raíz de asociar erróneamente a todas las grasas con el incremento del riesgo cardiovascular, se demonizó este nutriente y empezó la moda del “0% grasa” que arrastramos hasta hoy en día. Posteriormente el nutriente diana han sido los hidratos de carbono en general y, particularmente, los azúcares".

Además, diversos estudios como el publicado en noviembre de 2023 por Foodwatch, una organización independiente de defensa del consumidor que opera en algunos países europeos, concluye que los alimentos proteicos son "un gran negocio para las empresas alimentarias, pero una estafa flagrante para los consumidores". Los resultados del estudio llevado a cabo en Alemania, pero extrapolable a otros países, es que muchos de los productos alimenticios enriquecidos con proteínas "son caros y además innecesarios". Y muestra algunos ejemplos como el Muesli Proteico Seitenbacher, que resulta un 86% más caro que el Muesli Fitness de la misma marca, o el pudin de vainilla rico en proteínas de Dr. Oetker, cuyo coste es de un 224% más caro que el producto básico del fabricante, uno de los ejemplos más llamativos.

Sobre el autor:

Marta Jurado

Marta Jurado

Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.

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