Gomasio, el condimento japonés de moda

El nuevo condimento de moda tiene un nombre poco atrayente, no lo vamos a negar, pero esconde unas propiedades muy interesantes tanto para la cocina como para nuestra salud. Es el gomasio, o también llamada sal de sésamo, elaborado a base de sus semillas y sal marina y que es muy utilizado en comida asiática.

El secreto del sabor de este condimento es que tanto el sésamo como la sal están ligeramente tostados y, ambos, se muelen en una proporción aproximada de una parte de sal por 10 de sésamo.

Dependiendo del tipo de sal utilizada, el aporte de este condimento varía considerablemente. Así, si se utiliza sal marina tenemos más de un 80% de cloruro de sodio y trazas de calcio, cloruro de magnesio, potasio, yodo y manganeso. Si es sal refinada, por el contrario, casi la totalidad es cloruro de sodio.

Combinada la sal con el sésamo, nos encontramos con un producto que tiene casi un 10% de carbohidratos, principalmente fibra, un 20% de proteínas, vitaminas del grupo E y vitamina B, que en su conjunto ayudan a mantener en buen estado nuestra piel (niacina) y nuestro sistema nervioso. Por lo que respecta a minerales, el gomasio aporta mucho calcio (900 mg por cada 100 gramos de producto), además de magnesio, cobre, potasio, fósforo, cloruro de sodio, hierro, yodo y zinc.

Por último, y no menos importante, es la presencia de ácidos grasos omega-6 y omega-3, proveniente del sésamo.

El gomasio, bien ya envasado o directamente preparado en casa, puede utilizarse sustituyendo a la sal común, añadiéndose en ensaladas, cremas de verduras, en platos de pasta o arroz o como condimento final a unas verduras preparadas al horno o al vapor.

Si lo preparamos en casa podemos ir variando entre diferentes variedades de sal (común, marina, escamas, del Himalaya, etc.) y también entre diferentes variedades de sésamo, siempre en grano ya que lo tostaremos y moleremos nosotros mismos junto a la sal para que aporte todas sus propiedades.