Esta es una de las imágenes que más se repite en los hogares donde reside un can. Este gimotea, se sienta a tu lado o te mira fijamente mientras comes, con el objetivo de que te des por vencido y le ofrezcas parte de tu suculento condumio. Para muchos se trata de un gesto adorable, pero para otros es una actitud molesta e incómoda que debe finalizar de una vez por todas. Sin olvidar el sufrimiento y la frustración que también padece el animal.
Sin embargo, aunque es aconsejable tomar cartas sobre el asunto, no debes considerar este hecho como un signo de mala educación o desobediencia de tu mascota. Debes tener en cuenta que los perros llevan en su instinto proveerse de alimentos y que provienen de una especie cazadora, por lo que esta conducta está en su naturaleza. La responsabilidad de que aprenda a no pedir comida recae únicamente sobre ti. ¿Cómo puedes hacerlo?
Si tu perro todavía es un cachorro o apenas ha comenzado vuestra convivencia, lo mejor para evitar de raíz este problema es no darle nunca comida cuando estés en la mesa. De esta manera, no se creará en él la expectativa de que va a recibir un bocado cuando tú también estés comiendo. Aunque parezca un consejo de lo más obvio y sencillo, lo cierto es que también es muy complicado de aplicar.
Para conseguir un éxito rotundo, todos los miembros de la familia debéis actuar por igual, tampoco podéis hacer excepciones y debéis alertar a las visitas de que está terminantemente prohibido dar parte de su comida al perro, pues este es un animal que se acostumbra muy pronto a lo bueno y un simple despiste puede perjudicar toda su formación.
En cambio, si te has saltado alguna de estas tres normas y el perro ronda la mesa cada vez que os sentáis a comer, debes poner en práctica otra serie de pautas: