Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEmpezar el día con energía, con las pilas cargadas y con buen humor no siempre es fácil, menos aun si el día es frío y lluvioso. Una de la mejores manera de levantarse activo es poder descansar bien por la noche y tener un sueño reparador, que tiene más que ver con la calidad del sueño que con la cantidad. Son muchos los factores que intervienen a la hora de descansar correctamente, una de ellas es mantener una buena higiene del sueño, de la que ya hemos hablado en este medio.
Otra manera de facilitar el descanso es creando unas rutinas para que el cuerpo vaya relajándose poco a poco en vista a coger el sueño. Estas rutinas pueden incluir un baño caliente, una hora y media antes de acostarte, que hará aumentar la temperatura corporal ajustándose en la primera fase de sueño. Si a este baño le añades unas sales o unas gotas de aceites esenciales (con el aroma que más te guste) la sensación de relax será mayor.
Hasta aquí todo perfecto para descansar y tener un sueño reparador, pero ¿cómo conseguir que se despeguen las sábanas cuando suena el despertador?
Aunque parezca mentira, también existen unas rutinas que pueden hacernos afrontar el día con buena cara, con buen humor, con ganas y con energía, más allá de un te o un café doble bien cargado.
Lo primero es aplicarse el mantra de:
Esto, de entrada, ya puede hacer que afrontes el día con optimismo.
A este mantra hay que añadir una nueva rutina que, además de despertarte, es beneficiosa para la salud. Tan solo necesitas ¡90 segundos!
Conocemos los beneficios que tiene una ducha de agua fría por la mañana, pero existe una variante de esta ducha que alterna chorros de agua fría con agua caliente que te reactivan.
La fórmula es lavarse bien el cuerpo con agua templada y aclarar el jabón con agua fría durante 30 segundos, seguidos de 30 segundos más de agua caliente, y finalizar con 30 segundo de agua muy fría.
Si bien no apetece nada una ducha de agua fría y menos a primera hora de la mañana, lo cierto es que si consigues mantener esta rutina, notarás los efectos que tiene para el cuerpo. Además de despertarte y hacerlo con energía, te aportará muchos beneficios.
El agua fría:
Por su parte, el agua caliente:
Combinando el agua fría con la caliente, conseguirás mejorar el estado de ánimo, la circulación sanguínea, la piel, el aparato digestivo, aumentarás las defensas y empezarás el día lleno de energía.