Carlos Losada
Practicopedia
¿Para qué sirven los pedaleadores a las personas mayores?
Proporcionan un modo sencillo de ejercitar las piernas sin necesidad de hacer grandes esfuerzos
Hacer ejercicio para mantenerse en forma resulta esencial para cualquier persona y especialmente recomendable para las mayores. Como bien indica la Organización Mundial de la Salud, es adecuado que “los adultos de 65 en adelante dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas”.
Sin embargo, esto no siempre es posible, ya sea por la pereza que puede aparecer en el momento de salir a caminar o de ir al gimnasio, o porque el clima no ayuda (salir a la calle en invierno a ejercitarse suele ser más complicado). Si esto sucede, solo queda la opción de ejercitarse en casa y uno de los aparatos que ayudan a llevarlo cabo, incluso a los más perezosos, son los pedaleadores.
¿Qué son los pedaleadores?
Como sabrás o imaginarás, estos aparatos consisten en un par de pedales que funcionan como una pequeña bicicleta estática y que se pueden utilizar mientras se realizan otras actividades lúdicas como ver la televisión o incluso leer. Resultan especialmente indicados para las personas mayores porque los movimientos que requieren son muy naturales y no resultan lesivos si se adopta una posición incorrecta. Asimismo, también facilitan la rehabilitación para aquellos que han sufrido una lesión o están recuperándose de una operación.
Principales beneficios de un pedaleador
Como acabamos de apuntar, los pedaleadores están indicados para quienes no pueden realizar movimientos muy bruscos y de gran potencia. Es más, facilitan el juego de las piernas de tal modo que estas se mueven naturalmente, ayudando a una mejor circulación sanguínea. A esto hay que añadir que las personas que tienden a llevar una vida sedentaria, podrán hacer algo de deporte, lo que repercutirá en un mayor control del peso y en la reducción de los niveles de colesterol. En definitivas cuentas, las ventajas que ofrecen los pedaleadores podrían resumirse en las siguientes:
- La movilidad de las articulaciones se mejora.
- Los músculos se fortalecen paulatinamente, ya que además se puede ajustar la resistencia y haciéndola mayor.
- Se estimula la circulación sanguínea y el retorno venoso.
- Evita la hinchazón de los pies.
- Beneficia a las personas que padecen hipertensión arterial.
- Aumenta la capacidad aeróbica, ya que el ejercicio, por suave que sea, obliga a trabajar al sistema respiratorio.
Diversos tipos
Como ocurre con cualquier otro producto, hay varios tipos de pedaleadores, de cara a ajustarse a los diferentes perfiles de usuarios. Eso sí, en general podríamos dividirlos en dos: los manuales y los eléctricos. Como supondrás, los primeros solo funcionan mediante la fuerza que el usuario les imprima. Por su parte, los eléctricos disponen de un motor que puede controlar el movimiento, evitando esfuerzos extra especialmente a las personas que estén en un proceso de rehabilitación o tengan las extremidades muy débiles. No obstante, estos dispositivos también pueden emplearse de un modo manual. Para ello solo habrá que deshabilitar el motor y empezar a pedalear.
En el momento de decidirse por uno u otro modelo, es recomendable tener en cuenta algunos parámetros para adquirir el pedaleador que mejor se ajuste a las características de quienes lo vayan a utilizar.
- La comodidad es clave cuando lo vayas a utilizar, de manera que habrás de probarlo con anterioridad por si encuentras algún impedimento en su uso.
- Comprueba todos los niveles de resistencia con los que cuenta el aparato para saber si es lo que necesitas o si, en cambio, debes apostar por un modelo de mayor nivel.
- El tamaño debe ser el adecuado tanto para tus pies como para el juego que realizan las piernas. Por ello, ten en cuenta cómo son los pedales e incluso si el pedaleador es demasiado grande para utilizarlo en la estancia donde tienes pensado colocarlo.
- Al igual que el tamaño, el peso es otro factor que debes sopesar. Ten en cuenta que estamos hablando de aparatos pequeños y portátiles. Así que lo más recomendable es que puedas manejarlos con facilidad y transportarlos de un sitio a otro sin que encuentres dificultades.
- Qué uso le vas a dar es otro de los aspectos que no puedes pasar por alto. Los hay que tienen incluso la opción de ejercitar los brazos y los hombros, así que piensa bien en cuál es el objetivo que te has marcado y hazte con el modelo que más se adecúe al mismo. Para estar seguro, siempre podrás preguntar al profesional que te lo esté vendiendo, pues te podrá guiar para encontrar lo que necesitas.
Otras consideraciones
Además de todo lo expuesto, cuando utilices un pedaleador en casa debes saber lo siguiente:
- Aunque puedes utilizarlo todo lo que quieras (o que tus piernas aguanten), el mínimo debería ser de unos 25 minutos al día.
- Cuida la postura que vayas a tener mientras lo utilizas. Esta dependerá del modelo, pero lo que está claro es que la parte baja de tu espalda tendrá que estar apoyada para que las lumbares no sufran.
- El asiento que emplees cuando comiences a pedalear debe ser estable para evitar cualquier percance innecesario.