Ahora que llega la época de las fresas, además de disfrutar de su sabor y de todas las propiedades que tiene esta fruta para nuestra salud, aplícala también en tu piel, verás todos los beneficios que puede llegar a aportar.
Las fresas son una gran fuente de vitaminas C, E, B3, B6, B1, B9 y A. También es rica en minerales como el potasio, el hierro, el yodo y el zinc. Pero si hay algo que destaca en las fresas es su poder antioxidante, el cual ayuda a nuestra piel a permanecer tersa y brillante, y a combatir los signos del envejecimiento.
Se incluye dentro del grupo de los frutos rojos con alto poder antioxidante, haciéndola muy recomendable para proteger las células de los radicales libres y proporcionar brillo natural en la piel. Ese mismo poder antioxidante es el que nos ayuda a prevenir la aparición de arrugas.
Las fresas son grandes aliadas para tonificar nuestro rostro, hidratarlo, prevenir la aparición de arrugas y como exfoliante.
Uno de los primeros usos que podemos darle es como tónico natural. Para hacerlo debes extraer el jugo de varias fresas y añadir 50 mililitros de agua de rosas. Ponlo a enfriar y aplícalo en el rostro.
Las fresas también tienen propiedades antiinflamatorias, haciéndolas perfectas para reducir las ojeras y las bolsas de los ojos. Al igual que el pepino, puedes colocar rodajas de fresa en la zona de las ojeras durante 10 minutos. Verás sus resultados.
Si queremos lucir una piel suave podemos hacer un exfoliante a base de fresas. Para ello, trituramos unas cuantas fresas y añadimos una cucharadita de azúcar y otra de aceite de oliva. Podemos aplicar esta mezcla por el rostro o por todo el cuerpo. Sin duda, una forma natural de eliminar las células muertas de nuestra piel y las impurezas. También podemos mezclar la fresa con avena o aceite de coco.
Las mascarillas a base de este fruto antioxidante son perfectas para revitalizar y proteger nuestra piel, además, nos ayudará a eliminar las manchas de la piel.