
El 'aviso' en plena ola de calor: se demuestra qué causa más riesgo de infecciones en el sénior
Se asocian las altas temperaturas con el envejecimiento y más enfermedades. Hablamos con su autor

Las alteras ya se han disparado y con razón. España vivirá este fin de semana la primera ola de calor del verano, según ha alertado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El episodio de temperaturas extremas afectará a la mayor parte de la Península (a excepción del cuadrante noroeste y el área cantábrica) y se extenderá hasta mediados de la próxima semana, ya iniciado el mes de julio.
Según Aemet, pese al notable descenso de las temperaturas este miércoles, un anticiclón en niveles medios y altos procedente de África llegará a España a partir del viernes. Esto inducirá a la entrada de una masa de aire cálida y seca, que con la elevada insolación dará lugar a un ascenso térmico notable y que afectará tanto a las temperaturas máximas como a las mínimas. Por lo tanto, se espera un final de semana con los mercurios especialmente altos. Y los séniors deben protegerse especialmente, como apunta la ciencia.
Es necesario saber que el estrés por calor, la lucha del cuerpo para regular su temperatura, genera profundas alteraciones fisiológicas y, en casos graves, culminó en muertes, como ya adelantaron los científicos en 2021 en un estudio de 'The Lancet'.
Y este riesgo se exacerba durante períodos de temperaturas elevadas y olas de calor, que se correlacionaron con un aumento significativo en las tasas de mortalidad, particularmente entre los mayores, tal y como ha demostrado trabajos como el reccogido en el ‘Open Aging’.
El cambio climático exacerba las olas de calor globales, lo que impacta significativamente la salud pública, los ecosistemas y la infraestructura, Y la 'mano del hombre' han empeorado estos eventos de clima cálido prolongado, como lo demuestra la cúpula de calor del Pacífico Noroeste de 2021 que superó los 46.111°C, como publica 'Nature Medicine'.
Antecedentes
Solo en EE.UU, la frecuencia y duración de las olas de calor aumentaron notablemente entre 1949 y 2005, lo que coincide con los hallazgos de aumentos significativos en la incidencia e intensidad de las olas de calor desde la década de 1950. Desde 1979, las olas de calor han sido un 67% más frecuentes y un 20% más largas, de 8 a 12 días, y se mueven un 20% más lentamente debido al debilitamiento de las corrientes en chorro, tal cumo se documenta en 'Science Advance'. Tambien han afectado y afectan a otros países como China o la UE.

Las investigaciones realizadas en los laboratorios de la Universidad de California en Irvine (UC) y por otros grupos ha dilucidado los efectos inmunomoduladores del estrés por calor en contextos tanto sistémicos como específicos de órganos. Además, se ha demostrado que el estrés por calor altera significativamente las respuestas de las células T en modelos aviares y compromete la integridad de la barrera intestinal, con respuestas inmunes intestinales distintas observadas en modelos bovinos.
Se sabe que la microbiota intestinal es un mediador crucial de la inmunidad intestinal y la integridad de la barrera intestinal, Es bien conocido que a medida que envejecemos, el calor extremo provoca numerosas enfermedades relacionadas con las altas temperaturas que pueden derivar en graves problemas de salud. Un nuevo estudio de la Escuela de Población y Salud Pública Joe C. Wen de la Universidad de California (UC), Irvine, mencionados anteriormente, amplía esta lista.
Calor, envejecimiento e inmunidad
Los investigadores de la UC Irvine han descubierto que los efectos combinados del envejecimiento y las olas de calor están poniendo en mayor riesgo la salud de las personas al debilitar la función intestinal y del sistema inmunológico, lo que aumenta nuestro riesgo de infección por una bacteria mortal transmitida por el agua llamada 'Vibrio vulnificus', que se encuentra cada vez más en aguas oceánicas más cálidas.
Ante el aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de calor y el continuo envejecimiento de la población, esta investigación, publicada en la revista 'Science of the Total Enviroment', ofrece información sobre cómo estos dos factores interactúan para debilitar el sistema inmunitario, dañar el intestino y aumentar el riesgo de infecciones graves. El trabajo contó con el apoyo del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental.de EE.UU y es el primero de este tipo.
Mientras muchas personas en todo el mundo experimentan olas de calor récord en junio, el estudio llega en un momento crucial en el esfuerzo continuo por comprender cómo el aumento de las temperaturas afecta la salud humana.

El investigador Saurabh Chatterjee (Steve Zylius / UC Irvine).
En declaraciones a este diario, Saurabh Chatterje, informa: "Mi investigación de laboratorio muestra que la exposición al calor durante el envejecimiento puede provocar cambios en el microbioma intestinal, un conjunto de miles de millones de bacterias que residen normalmente en nuestro intestino. Esta alteración puede causar numerosos cambios en la capacidad de nuestro cuerpo para combatir infecciones, mantener la homeostasis y estar vinculada al metabolismo. También descubrimos que las defensas inmunitarias de las personas mayores pueden empeorar".
Recuerda, además que "si bien las infecciones por 'Vibrio vulnificus' ya son una preocupación creciente en las regiones costeras en proceso de calentamiento, nuestros hallazgos muestran que el calor extremo, especialmente en personas mayores, puede comprometer aún más el sistema inmunitario y el microbioma intestinal, aumentando su susceptibilidad".
A medida que aumentan las infecciones por 'V. vulnificus' y los episodios de calor extremo, existen importantes lagunas científicas que dificultan la evaluación del riesgo de infección. Hasta ahora, los investigadores carecían de una comprensión clara de cómo el calor prolongado afecta el microbioma intestinal, la respuesta inmunitaria y la vulnerabilidad a las infecciones en las personas mayores.
Cómo se hizo el estudio
Para abordar esto, el equipo de la UC Irvine expuso a ratones jóvenes y mayores a calor relacionado con el clima y realizó la secuenciación del microbioma, junto con pruebas de integridad intestinal y función inmunitaria. Los ratones mayores mostraron significativamente más daño en la barrera intestinal, inflamación sistémica, disfunción inmunitaria y genes de resistencia a los antibióticos en el microbioma intestinal que sus contrapartes más jóvenes.
Este trabajo es el primero en vincular el estrés térmico provocado por el clima con la alteración intestinal e inmunitaria que aumenta la susceptibilidad a 'V. vulnificus.' También identifica una posible vía de tratamiento: ratones de edad avanzada tratados con un microbio intestinal beneficioso ('Roseburia intestinalis') demostraron una función inmunitaria restaurada y una reducción de los signos de infección. La reintroducción de probióticos clave ayudó a mejorar la salud intestinal y a regular el sistema inmunitario. Los resultados sugieren que el apoyo a la salud intestinal puede ser clave para aumentar la resiliencia inmunitaria durante la exposición al calor.
El cientifico aclara: "Nuestra investigación descubrió que la exposición al calor a largo plazo puede alterar la respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo a ciertas bacterias, y las infecciones pueden ser difíciles de tratar, ya que también se ha observado resistencia adquirida a los antibióticos".
Y manifiesfa que "los bebés, los niños, las personas inmunodeprimidas y los sénior son especialmente vulnerables a estas olas de calor. Todos deben permanecer en interiores durante el día. Deben estar bien hidratados en todo momento. Evitar la exposición directa, tener ambientes ventilados y permanecer en lugares frescos tanto como sea posible. Los mayores y los bebés son especialmente vulnerables al estrés térmico agudo, el shock y el accidente cerebrovascular. Si se presentan signos de síncope, se deben tomar medidas inmediatas para llevarlos al hospital más cercano y así evitar la morbilidad y la mortalidad".
Tambiénnos adelanta: "Actualmente estamos explorando los trastornos cognitivos y conductuales a largo plazo que resultan de la exposición a las olas de calor".