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El azúcar no es veneno: la desinformación sobre alimentación es una "amenaza" que afecta a la salud

Pablo Recio

Miércoles 15 de octubre de 2025

9 minutos

Presentación del informe 'Salud, alimentación y fake news'

El azúcar no es veneno: la desinformación sobre alimentación es una "amenaza" que afecta a la salud
Pablo Recio

Miércoles 15 de octubre de 2025

9 minutos

Puedes acceder aquí al informe

 

¿El azúcar es un veneno? Esta creencia muy extendida en la sociedad no es cierta. Según el informe 'Salud, alimentación y fake news', realizado por la Oficina Alimentaria de la consultora LLYC, en colaboración con Newtral, existen muchos mitos ampliamente aceptados, como este, que, o son falsos, o tienen muchos matices, y el que terminen calando entre la población puede provocar un impacto en el consumo e incluso en la salud pública. 

Por ejemplo, el azúcar en sí no es intrínsecamente malo. "Pocas sustancias generan tanto debate. La creciente preocupación por la obesidad y las enfermedades metabólicas ha llevado a una demonización generalizada que lo presenta como un auténtico 'veneno'", comentan. Sin embargo, añaden, cuando está presente en frutas, verduras y lácteos, se acompaña de fibra y nutrientes y forma parte de "una dieta saludable". 

Ahora bien, lo que sí demuestra la evidencia científica es que, en su forma "libre" o "añadida", y si se consume en "exceso", puede derivar en problemas como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y patología hepática.

"No es un veneno, sino un nutriente cuyo impacto depende del tipo, la cantidad y el contexto", concluyen. En particular, la OMS recomienda limitar su aporte a <10 % de las calorías diarias (idealmente <5 %).

Otros mitos desmentidos

Este y otros mitos se desmontan en el informe 'Salud, alimentación y fake news'. En concreto, también se explica que la idea de que la leche sea menos saludable que las bebidas vegetales ignora que aporta proteínas de alto valor biológico, calcio biodisponible y vitaminas D y B12, mientras que las alternativas (salvo la soja fortificada) no son nutricionalmente equivalentes.

Asimismo, se aborda el mantra de que “lo natural” es siempre mejor que lo procesado, asegurando que la naturalidad no garantiza seguridad (existen, por ejemplo, setas venenosas) y que técnicas de procesado como la pasteurización o la fermentación han salvado millones de vidas. El problema reside en el exceso de ultraprocesados de baja calidad, apostillan.

Otro mito que desmontan es que la carne sea menos saludable que la proteína vegetal. Al respecto, afirman que se trata de un debate complejo, puesto que aporta proteínas completas, hierro hemo y vitamina B12, y su consumo moderado, especialmente en sistemas extensivos y de proximidad, encaja en el patrón de la dieta mediterránea.

Por último, llaman a desterrar la creencia de que los aditivos siempre son malos: los autorizados por la EFSA superan estrictos controles de seguridad. El reto, de nuevo, sostienen, no es su existencia, sino el contexto de productos con escaso valor nutricional en el que a veces se concentran.

La Dieta Mediterránea es cardioprotectora. Bigstock

Más información, pero menos certezas

Por otra parte, el informe advierte de que actualmente el consumidor dispone de más información que nunca, pero tiene menos certezas. Según la OCU, indican, el 45% de los españoles reconoce dificultades para interpretar el etiquetado nutricional; y apenas el 48% de los europeos confía en que los fabricantes ofrecen información justa y honesta, de acuerdo con el Food Trust Report 2023 de EIT Food.

En este contexto, los influencers se han consolidado como prescriptores capaces de competir con las fuentes académicas y las autoridades sanitarias: democratizan el acceso a contenidos, pero también multiplican la propagación de mitos, especialmente entre los públicos más jóvenes.

Es más, añaden, la inteligencia artificial añade una doble dimensión: permite crear bulos más sofisticados, desde deepfakes hasta textos automatizados con apariencia técnica, pero, en su reverso, también habilita soluciones para la detección temprana y la trazabilidad de fuentes cuando se integra en sistemas de monitorización. La Estrategia Nacional de Alimentación estima que tres de cada diez rumores online están vinculados a la alimentación y que viajan hasta siete veces más rápido que las noticias veraces, una dinámica que explica la facilidad con la que ciertos mensajes emocionales colonizan la conversación pública.

Además, en el informe se estudian en detalle tres casos paradigmáticos de desinformación con consecuencias públicas: la crisis con las fresas de Marruecos en 2024, la polémica acerca de la cría de la panga entre 2016 y 2017 por la presencia de mercurio o arsénico y el problema reputacional del aceite de palma.

"La desinformación es ciertamente un riesgo"

“Las noticias falsas, los bulos sobre alimentación, están muy presentes en nuestra vida cotidiana, cuál es el contenido nutricional de los productos o cómo se elaboran. Son temas que hay que tratar con el máximo rigor para que los consumidores tomen decisiones responsables. La desinformación es ciertamente un riesgo, pero también es una oportunidad si somos capaces de explicar de forma sencilla estas cuestiones que tanto interesan al ciudadano. Lograremos así un efecto positivo”, ha señalado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, Luis Planasa través de un mensaje de vídeo, que ha sido emitido este martes durante la presentación del informe. Y ha puesto como ejemplo lo que ocurrió con el aceite de oliva virgen extra, que pasó de tener mala prensa en los años 70 y 80 del siglo pasado a convertirse hoy en un excelente referente para la salud.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Ana María López-Santacruz, encargada de clausurar el acto de presentación, ha reconocido que la desinformación y las noticias falsas son un "poderoso enemigo" y ha destacado que, con el avance de la tecnología, el imperio de las redes sociales, el avance del negacionismo científico y las campañas engañosas, la ciudadanía es cada vez más vulnerable. Por ello, ha detallado, desde AESAN trabajan en un refuerzo de la comunicación, la monitorización y la detección de bulos. 

La importancia de la evidencia científica

En la presentación del informe, que ha tenido lugar en la sede de la consultora LLYC, han intervenido el experto en nutrición, alimentación, seguridad alimentaria y sostenibilidad, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores y presidente del Comité de Expertos de Salud de 65YMÁS y miembro del Comité Médico de Cuídate+, Rafael Urrialde; el director de la Oficina Alimentaria de LLYC, Fernando Moraleda; la médico y asesora científica en LLYC, Olga Rodríguez; y la periodista y fundadora de Newtral, Ana Pastor.

Rafael Urrialde ha reclamado incidir e invertir en prevención y se ha mostrado crítico con el sistema de etiquetado Nutri-Score, que analiza la calidad nutricional de los alimentos. En ese sentido, ha apostado por otros modelos más avanzados que adviertan de posibles excesos, bien sea de grasa, sal o azúcar. Y es que, ha señalado, el enfoque debe tener en cuenta la dieta en su conjunto y no trabajar a partir de un alimento aislado. 

El director de la Oficina Alimentaria de LLYC, Fernando Moraleda, ha puesto el foco en la importancia de protegerse de la "infoxicación". “Buena parte de nuestras elecciones de consumo no nacen de la evidencia científica, sino de mitos o rumores”, ha afirmado y ha asegurado que un tercio de las noticias falsas se relacionan con la alimentación

Por su parte, la médico y asesora científica en LLYC, Olga Rodríguez, ha defendido que la evidencia científica es "dinámica" y ha puesto el ejemplo de cómo se ha pasado de creer que el consumo de huevo era malo para el colesterol a demostrar que puede ser positivo para la salud, gracias a disponer de mejores datos. Y para discernir la calidad de la información, ha recomendado a los periodistas centrarse en tres pilares al citar un estudio: la calidad de la investigación (tipo de estudio, muestra y significación estadística), la coherencia del hallazgo con la evidencia previa, y la transparencia sobre la financiación y los conflictos de interés. 

Finalmente, la periodista y fundadora de Newtral, Ana Pastor, ha explicado que la desinformación cala tan fácilmente en base a cuatro ejes: el "quién" (la autoridad percibida de influencers, por ejemplo), el "dónde" (canales privados como WhatsApp que aprovechan la confianza), el "cómo" (la apelación constante a las emociones, en "la era del cabreo") y el "por qué" (el negocio y el daño reputacional detrás de los bulos). En ese sentido, ha reconocido que el desafío es comunicarse con las generaciones más jóvenes en plataformas como TikTok, que son un "pozo negro" en cuanto a desinformación y alimentación. “Tenemos que hacer mucha pedagogía, pero la trinchera empieza en casa”, ha comentado. Y ha apostado por ver la Inteligencia Artificial (IA) como una "gran aliada" que puede ayudar en la verificación. 

A continuación ha tenido lugar una mesa redonda, moderada por Alba García, directora sénior de Crisis, Riesgos y Asuntos Legales de LLYC, en la que han participado Ibo Sanz, director de Estrategia Global de Innovación de LLCY; Ana María Sobaler, directora de Nutrición y Ciencia de los Alimentos en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); y Javier Granda, vicepresidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). Javier Granda ha mencionado las dificultades que se encuentran desde el periodismo para combatir los bulos y ha destacado que la emotividad de los titulares es uno de los mayores problemas en ese sentido. Ana María Sobaler ha reconocido que la ciencia ha "suspendido" la asignatura de comunicación y ha sugerido que la evidencia se base en la solidez de las agencias (como AESAN), las universidades y los colegios profesionales. Por su parte, Ibo Sanz ha tratado el papel de la IA como fuente de desinformación, pero también como referente, con herramientas como ChatGPT. Por ello, ha animado a comunicar más ciencia para no sean los bulos los que predominen en el relato que ofrecen estas aplicaciones de IA.

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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