
¿Por qué preferimos la empatía humana a la de la inteligencia artificial?
Aunque se den respuestas iguales, las de las personas se perciben como más comprensivas y emotivas

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La Inteligencia Artificial (IA), y en particular los Grandes Modelos de Lenguaje (LLM, de sus siglas en inglés), están cada vez más presentes en nuestra vida social. Los chatbots de IA ya demuestran capacidades impresionantes, como el análisis lingüístico, la traducción, la escritura creativa y la resolución de problemas, como constatan varios trabajos.
Quizás aún más intrigante es que estos modelos muestran capacidades notables para interactuar con situaciones socioemocionales e imitar expresiones de reacciones emocionales interpersonales, como la empatía, la compasión y el cuidado, como se documenta en un ensayo de 'Trends in Cognitive Sciences'. Desde el lanzamiento de estos modelos, investigadores y empresas industriales han explorado el uso de las respuestas empáticas de los LLM para brindar apoyo social, emocional y entre pares en medicina, salud mental y la vida cotidiana.
En un caso extremo, Replika, una aplicación para construir amistades virtuales con un avatar de IA, promete un "compañero de IA que se preocupa", que "siempre está a tu lado" y "siempre está listo para charlar cuando necesitas un amigo empático".
Tal y como revela un ensayo de 'Nature Neuroscience', la empatía es un constructo multifacético que incluye un componente cognitivo (comprender el estado emocional del otro); uno afectivo (sentir con el otro) y, otro, motivacional (sentir preocupación por el otro y la disposición a invertir esfuerzo en mejorar su bienestar). Cuando tiene éxito, sus beneficios aumentan.

Compartir el dolor o la alegría del otro fomenta un profundo sentido de comprensión mutua y unión, asociado con la sincronía fisiológica y neuronal. Mejora la resiliencia y sirve como catalizador para el comportamiento prosocial y altruista en humanos, así como en otros mamíferos, se documenta en 'Sicence'. Sin embargo, la empatía también es un trabajo duro, recuerda la Academia Americana de Psicología (APA). Las personas menudo no logran comprender la perspectiva del otro, no empatizan cuando están fatigadas o agotadas y con frecuencia evitan empatizar debido a la naturaleza exigente de la empatía-
A diferencia de los humanos, los LLM pueden captar con precisión nuestra situación emocional mediante el análisis de patrones y asociaciones de frases, y lo hacen al instante, sin cansarse ni preocuparse.
Preguntas y sus respuestas
Por todo ello, ¿valoramos realmente la empatía humana más que la empatía generada por la IA? Y, quizás, más importante, ¿qué dimensiones de ella se aprecian más en su forma humana y por qué? En otras palabras, ¿qué motiva e influye en la preferencia por la empatía humana?
Un nuevo estudio responde a estas preguntas. En él se revela que las personas valoran más la empatía cuando creen que proviene de un ser humano, incluso si la respuesta real fue generada por IA. A través de nueve estudios con más de 6. 000 participantes, la investigación revela que las respuestas atribuidas a seres humanos se perciben como más comprensivas, más emotivas y más afectivas que las respuestas idénticas generadas por IA.
El trabajo internacional ha estado dirigido por la profesora Anat Perry de la Universidad Hebrea de Jerusalén y su estudiante de doctorado, Matan Rubin, en colaboración con los investigadores del profesor Amit Goldenberg de la Universidad de Harvard y el profesor Desmond C. Ong de la Universidad de Texas.
Publicado en 'Nature Human Behaviour', los científicos evaluaron si las personas percibían la empatía de forma diferente según proveniera de un humano o de un chatbot de IA. En todos los casos, las respuestas se generaron mediante grandes modelos de lenguaje (LLM), pero los participantes calificaron consistentemente las respuestas "humanas" como más empáticas, más comprensivas y más satisfactorias emocionalmente que las respuestas idénticas de "IA".
“Estamos entrando en una era en la que la IA puede producir respuestas que parecen y suenan empáticas. Pero esta investigación demuestra que, aunque la pueda simular empatía, las personas siguen prefiriendo sentir que otro ser humano realmente las comprende, las acompaña y se preocupa por ellas", ha explicado el profesor Perry en un comunicado.
Cuidado genuino
La preferencia fue especialmente marcada por las respuestas que enfatizaban el compartir emocional y el cuidado genuino —los componentes afectivos y motivacionales de la empatía—, en lugar de la simple comprensión cognitiva. De hecho, los participantes incluso estaban dispuestos a esperar días o semanas para recibir una respuesta humana en lugar de recibir una respuesta inmediata de un chatbot.
Curiosamente, cuando los participantes creían que una IA podría haber ayudado a generar o editar una respuesta que creían provenía de un humano, sus sentimientos positivos disminuyeron significativamente. Esto sugiere que la autenticidad percibida (creer que alguien realmente invirtió tiempo y esfuerzo emocional) desempeña un papel crucial en cómo experimentamos la empatía.
“En el mundo actual, procesar nuestros correos electrónicos o mensajes a través de IA se está volviendo algo natural. Pero nuestros hallazgos sugieren un coste oculto: cuanto más dependemos de la IA, más corremos el riesgo de que nuestras palabras suenen vacías. A medida que la gente empieza a asumir que todos los mensajes son generados por IA, la sinceridad percibida, y con ella, la conexión emocional, podrían empezar a desaparecer", ha insistido el científico.
Por su parte Perry ha señalado que si bien la IA muestra potencial para su uso en entornos educativos, sanitarios y de salud mental, el estudio destaca sus limitaciones. "La IA puede ayudar a ampliar los sistemas de apoyo, pero en momentos que requieren una conexión emocional profunda, las personas aún buscan el contacto humano", ha documentado. El estudio ofrece información clave sobre la psicología de la empatía y plantea preguntas oportunas sobre cómo la sociedad integrará la IA emocionalmente inteligente en nuestra vida diaria.