
Vitamina D: ¿Por qué es tan importante para la salud? ¿Hace falta tomar un suplemento?
Su deficiencia es un grave problema de salud pública

La vitamina D se ha convertido en una de las vitaminas estrella. De ella se han derivado infinidad de estudios por su capacidad para ayudar a absorber el calcio y su papel en los nervios, los músculos y el sistema inmunitario. De hecho, es necesaria para combatir virus y bacterias. Es más, ha sido la pandemia de Covid-19 la que ha elevado su popularidad. Sobre todo, a tenor de estudios que constataban su potencial papel protector frente a la infección.
La vitamina D tiene la particularidad de ser sintetizada por nuestras células cuando nos da el sol. Es un nutriente que se conoce principalmente por su contribución a la salud ósea, aunque, también se relaciona con nuestro estado de ánimo, y cada vez hay más pruebas de ello.
Pese a ello, su deficiencia es un grave problema de salud pública que afecta a casi el 50% de la población mundial, tal y como documenta un estudio publicado en ‘Nutrients’.
El Dr. José Pablo Robles Ruiz, especialista en Medicina Interna en el Centro Médico Quiroprevención Príncipe de Vergara, aclara: "La deficiencia manifiesta de vitamina D produce hipocalcemia y/o hipofosfatemia, raquitismo y osteomalacia en niños y en adultos, problemas que son actualmente poco comunes en la mayoría de los países desarrollados. Sin embargo, la deficiencia subclínica de la misma está presente incluso en países desarrollados y se asocia con osteoporosis y posiblemente fracturas".
Por el contrario, "la suficiencia de vitamina D se estima midiendo las concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25[OH]D o calcidiol). La concentración sérica óptima de 25(OH)D para la salud ósea es controvertida. Los expertos coinciden en que niveles inferiores a 20 ng/mL son subóptimos para la salud ósea", agrega el experto.
Principales fuentes
Las fuentes de vitamina D incluyen la dieta (por ejemplo, pescados grasos como el salmón), los suplementos (productos lácteos enriquecidos en vitamina D) y la exposición al sol. Sin embargo, el Dr. Robles Ruíz recuerda que "no se recomienda la exposición al sol como fuente de vitamina D para ninguna persona, incluidos bebés y niños, debido a los posibles riesgos a largo plazo de cáncer de piel. Solo aquellos pacientes que cumplan los criterios de riesgo de hipovitaminosis deben ser estudiados y en ellos se debe plantear el tratamiento".

¿Se necesitan suplementos?
En general, se recomienda a los adultos "tomar un suplemento de 800 unidades internacionales (20 microgramos) de vitamina D al día para mantener un nivel normal de vitamina D. Las personas mayores confinadas en casa pueden presentar deficiencia de la misma incluso con este nivel de ingesta", agrega.
Una duda importante que resolver es si las personas mayores deberían someterse a pruebas para medir los niveles de la mencionada vitamina. El Dr. Robles recuerda que se deberían hacer test para medir los niveles de vitamina D los siguiente grupos de pacientes:
- Los pacientes que están tomando medicamentos que aceleran el metabolismo de la vitamina D (por ejemplo, el anticonvulsivo fenitoina).
- Los que están hospitalizados en un servicio médico general.
- Las personas mayores Institucionalizadas.
- Cuando la exposición solar efectiva está limitada debido a la ropa protectora o al uso constante de protectores solares.
- Las personas que padecen osteoporosis.
- Los pacientes de hiperparatiroidismo.
- Las personas con malabsorción, lo que incluye a afectados por enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad celíaca.
Es importante también recordar que niveles bajos de vitamina D en sangre se relacionan con una mayor susceptibilidad a numerosas afecciones de salud, incluidas infecciones respiratorias, peor salud mental, enfermedades autoinmunes y diferentes tipos de cáncer.
Mejora del estado de ánimo
Por el contrario, a medida que aumenta la concentración de esta vitamina en nuestra sangre, mejora nuestro humor, nuestro nivel de estrés percibido baja y nuestra ansiedad también. De hecho, un estudio realizado en Canadá mostró que un mayor nivel de vitamina D en sangre, se asociaba con una mejor calidad de vida y una mejor salud mental en general, recuerda el experto del Centro Médico Quirónprevención Prínicipe de Vergara.
Se han hecho varias investigaciones con muestras amplias en diferentes partes del mundo, tanto con personas mayores de 65 años como en adultos jóvenes sanos, y los resultados parecen indicar esta tendencia: a mayor concentración de vitamina D en sangre, menor riesgo de emociones depresivas.
La hipótesis es que la vitamina D está relacionada con la serotonina, un neurotransmisor imprescindible en la regulación del estado de ánimo, así como con la dopamina, la hormona del placer. Al parecer, ella regularía los genes que producen estos neurotransmisores, encargados de la regulación de las emociones.
La relación entre sol, vitamina D y humor podría explicar por qué en los países del norte de Europa, donde apenas tienen sol, tienen niveles mayores de depresión y otras enfermedades mentales. Aunque probablemente esto sea solo un factor y habrá muchos otros aspectos que influyan en ello.