¿Cuándo te hacen una inspección de Hacienda?

Una carta de Hacienda notificando que vas a ser inspeccionado puede disparar todas las alarmas. Los delitos fiscales están a la orden del día y, tras salpicar a caras muy conocidas, se han convertido en noticias más habituales de lo que sería deseable.

Sin embargo, las inspecciones de la Agencia Tributaria no son solo cosa de celebridades, empresarios y políticos. Hacienda vigila la información de todos los contribuyentes, desde el primero hasta el último. Toda la información de la que dispone se puede cruzar y contrastar con la que se presenta en la declaración de la Renta para detectar irregularidades o elementos que no coinciden.

Cuando existe alguna discordancia, el fallo salta a la vista rápidamente. Este es el motivo por el que se inician muchas inspecciones, aunque no el único. Pueden existir revisiones aleatorias o también motivadas por la aplicación de planes de actuación determinados. Es decir, hay años en los que se establece que se investigarán tipos de empresas, autónomos o deducciones, como las que se aplican por mejorar la eficiencia energética.

En el caso de las denuncias, no se inicia la investigación de manera automática. Con la información y pruebas aportadas, la Agencia Tributaria decidirá si comienza la inspección y abre expediente o no.

Los motivos más habituales de una inspección

Existen situaciones en las que es habitual que se inicie una inspección. Se trata de una serie de casos en los que se considera que hay mayor posibilidad de defraudar a Hacienda, por lo que se tiene más control.

En el caso de la declaración de la Renta, las ganancias y pérdidas patrimoniales de la venta de inmuebles o acciones puede motivar una inspección. También los ingresos y gastos de arrendar una vivienda, las exenciones por reinversión en vivienda habitual o las deducciones por la adquisición de esta, especialmente si la hipoteca incluye otros fines no deducibles.

Los autónomos y las empresas también pueden ser inspeccionadas cuando solicitan una devolución del IVA de una cantidad alta o si no concuerdan las declaraciones trimestrales con los resúmenes anuales. Hacienda también suele comprobar que todo está en orden si se han recibido subvenciones, pues estas deben declararse.

En general, sociedades y autónomos suelen inspeccionarse más a menudo. Por ejemplo, si hay incoherencias entre los beneficios declarados y el patrimonio del contribuyente, si se desgravan gastos relacionados con restaurantes o viajes, si se crea una sociedad nueva con el mismo negocio después de dejar una inactiva con deudas… Otras situaciones incluyen la solicitud del NIF intracomunitario, pues se hacen comprobaciones para su concesión.

En el caso de que se detecte un fraude, si la cantidad supera los 12.000 euros la persona se enfrentará a un delito fiscal. Si asciende hasta los 600.000, será de tipo agravado y penado con hasta seis años de cárcel.