Migrañas, mucho más que un dolor de cabeza

Olga Selma

Foto: Bigstock

Jueves 18 de junio de 2020

4 minutos

Más del 50% de las personas que padecen migraña cuentan con algún pariente con estos episodios

Algunos pacientes con dolor de cabeza durante la COVID-19 desarrollan cefalea crónica diaria
Olga Selma

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Jueves 18 de junio de 2020

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Según datos de la Sociedad Española de Neurología (@seneurologia), más de 5 millones de personas sufren migraña en España. La migraña es un desorden neurológico que se manifiestaen un dolor de cabeza intenso o grave, siendo una enfermedad que afecta a la parte frontal o a toda la zona del cráneo y se presenta en forma de crisis o ataques. Los dolores comienzan a presentarse normalmente en jóvenes y adultos de entre 10 y 30 años y su duración varía entre 4 y 72 horas. 

Lejos de ser un dolor de cabeza, la migraña produce un malestar punzante que incluso puede llegar a incapacitar momentáneamente a quien la sufre. Según la Organización Mundial de la Salud, la migraña es la 8ª enfermedad más discapacitante de la humanidad en días de capacidad por años vividos.

Ninguna migraña es idéntica

La intensidad de la migraña puede variar según la edad, el físico o el género. El dolor comienza normalmente como un golpe seco y localizado que se va haciendo más punzante con el paso del tiempo. Durante su proceso, se pueden experimentar otros síntomas relacionados, como náuseas y vómitos frecuentes, debilidad, una alta sudoración e hipersensibilidad ocular y auditiva. De hecho, cada episodio de migraña está precedido por una serie de síntomas y sensaciones que hemos de tener en cuenta para estar prevenidos. Entre ellos, destacan los cambios de humor, la necesidad de ingerir alimentos dulces, bostezos constantes, la fatiga y, el más conocido de todos, el aura. Este último es un efecto óptico que genera una ceguera parcial y que, además, puede estar acompañado de puntos negros. No todas las personas tienen este síntoma (la migraña con aura afecta a entre un 15 y un 30% de las personas), pero las que sí lo sienten lo hacen entre 10 y 15 minutos antes de la aparición de la migraña. 

La migraña se puede complicar si con el paso de las 72 horas de plazo máximo no ha desaparecido. Entonces se habla de un estado migrañoso, que tiene sus riesgos, puesto que tras las oleadas de vómitos, la persona se encuentra deshidratada y la circulación acaba colapsada.

Hay una serie de patrones que pueden determinar su aparición, desde cambios bruscos de tiempo a una exposición prolongada a luces y pantallas. También, el abuso de ciertos alimentos, pueden propiciar la aparición de esta dolencia. Según la Asociación Española de Migraña y Cefalea (@AEMICE_), a pesar de que cada caso se debe tratar de forma individual, se ha detectado que algunos alimentos parecen estar más relacionados con el riesgo de sufrir migraña como los derivados lácteos, la carne cruda, los productos con conservantes y edulcorantes artificiales, y las bebidas alcohólicas en exceso.

Terapias relevantes

Tratamiento y estilo de vida

Las migrañas solo las puede detectar un profesional sanitario. Por lo que, si tiene un dolor punzante de cabeza y presenta alguno de los síntomas antes citados, es importante que se ponga en contacto con un profesional sin dudarlo. Aunque no existe un tratamiento curativo, es una enfermedad manejable. Para ello, el médico puede explicarnos la forma más adecuada para controlar la enfermedad y mejorar nuestra calidad de vida. Y en episodios de dolor agudo, indicar tratamiento analgésico para detener los síntomas.

El diagnóstico precoz es básico para avanzar hacia un tratamiento adecuado y evitar la automedicación o la falta de adherencia. Además, de no tratarse correctamente, esta enfermedad también puede cronificarse.

La AEMICE destaca que existen distintas terapias físicas y emocionales complementarias que ayudan a prevenir la migraña y las demás cefaleas, basadas en aprender a canalizar la energía y a relajar los músculos. Son terapias efectivas en áreas sobre las que el tratamiento farmacológico no puede actuar (contracturas y tensión muscular, puntos gatillo, hábitos posturales…), que podemos tener en cuenta.

Sobre el autor:

Olga Selma

Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.

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