Tal como señala la Asociación Española del Sueño (ASENARCO) existen multitud de circunstancias y patologías que pueden alterar el descanso nocturno o incluso provocar serios problemas de insomnio que pasarán factura a día siguiente. Desde trastornos psicológicos, hasta patologías como el síndrome de las piernas inquietas o la apnea del sueño, son dolencias que necesitan atención especializada. No siempre el hecho de no poder dormir responde a motivos concretos. En muchas ocasiones, cuesta conciliar el sueño sencillamente porque nos hemos acostado si haber tenido unos minutos de relajación previa.
El estrés y la ansiedad pueden acabar provocando un serio deterioro en la salud y en la calidad de vida y, aunque se asocie a una etapa de la vida de pleno rendimiento laboral y social, también las personas mayores verse afectadas.
El ejercicio físico ayuda no solo a mejorar la movilidad y flexibilidad, sino también a liberar tensiones y a favorecer un buen descanso. Una caminata, un paseo en bicicleta o una sesión de gimnasia aeróbica pueden hacer mucho a la hora de conseguir dormir toda la noche “de tirón”, pero aun así, tienes algunos ejercicios específicos pensados para que la total relajación esté al alcance de tu mano.
Algunas actividades como el yoga o el Pilates resultan especialmente recomendables si te cuesta desconectar para poder disfrutar de un sueño reparador. Además, en su Guía de Actividad Física para el Envejecimiento Activo de las Personas Mayores, el Ministerio de Cultura y Deporte recoge una serie de ejercicios muy sencillos que te ayudarán a descansar sin problemas. Los puedes hacer en casa y si además los acompañas de una suave música de fondo, mejor.
Tres gestos sencillísimos que pueden favorecer un óptimo descanso para que te levantes, al día siguiente, como nuevo.