Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLa primera forma con la que degustamos una elaboración culinaria es la vista. Primero lo saborean nuestros ojos antes de llegar al paladar, por lo que la presentación de nuestros platos es clave para sorprender en la mesa.
Tenemos una celebración familiar, nos hemos encargado de la preparar la comida y nos gusta que cada plato luzca. O tenemos invitados y les queremos sorprender con algo distinto. O simplemente demostrar en casa que somos unos artistas. Para todos estos casos, hemos recopilado algunos trucos para dar ese toque final a tus platos y sorprender a los comensales.
Lo primero, la elección del plato. Es mejor si podemos optar por platos de color uniforme, dejando de lado los estampados y recargados porque van a restar protagonismo a nuestra elaboración. Y, si vamos a servir comida caliente, podemos calentar un poco plato, bien en el horno o en el microondas.
A la hora de disponer los alimentos en el plato, mejor optar por hacer algo sencillo, nada de recargar el plato y colocar muchos ingredientes a la vez. Y presta atención a la cantidad que pones en cada plato.
Debemos tener claro cuál es el elemento principal de nuestra elaboración. Es el que tiene que destacar, por lo que debemos tener cuidado de que los demás no lo tapen.
Para dar volumen al plato, jugaremos con los distintos ingredientes y los tamaños d estos, para evitar que nos quede una presentación muy plana. Para dar volumen al plato, podemos usar moldes redondos para emplatar, siempre que los ingredientes lo permitan.
Para adornar, podemos emplear salsas, verduras, frutas bien cortadas o especias. Nos puede ayudar jugar con distintas combinaciones de colores y texturas. El verde es frescor, el rojo pasión y el azul no debe usarse porque es poco apetecible para comer. Para sorprender en el paladar, podemos mezclar una textura cremosa con un toque crujiente.
La salsa ya no se sirve en un recipiente aparte en la mesa, forma parte del plato. Se coloca al final del todo y en la medida justa. O bien, la podemos emplear en el fondo del plato, colocando una pequeña cantidad y extendiéndola con una brocha.
Ten en cuenta que todo lo que se ponga en el plato tiene que ser comestible. Si usamos alguna flor para dar el toque final, debe poder comerse. Por último, cuida que el plato haya quedado limpio y no tenga chorros de salsa o gotas de aceite manchando nuestra presentación.