Marco Herrera
Libros
Vila-Matas, las incertezas de escribir y 'Esta bruma insensata'
La última novela de Vila-Matas recuerda en el planteamiento inicial a otra de sus grandes obras
A principios de este mes el escritor barcelonés Enrique Vila-Matas lanzaba un nuevo trabajo bajo el título de Esta bruma insensata (Seix Barral, 2019), una novela que afronta los problemas y dilemas de la creación literaria. Con motivo de la vuelta a la ficción del autor catalán, queremos compararla con otra de sus obras más emblemáticas, Extraña forma de vida (Anagrama, 1997), que también se adentra en las incertezas de un autor.
Las novelas
En Esta bruma insensata (Seix Barral, 2019) es un distribuidor de citas para otros autores el que sufre un bloqueo al recordar una frase relacionada con el infinito, por lo que iniciará un viaje buscando aquellos conatos de ideas que nunca llegaron a plasmarse en un libro y que le harán tambalearse todas sus certezas. Vila-Matas elige así contar el proceso creativo de un escritor desde dos puntos de vista bien distintos.
El autor vuelve a un caserón de Cadaqués –lugar donde rodó un corto a muy temprana edad– para contar la huida hacia adelante de Simon Schneider, que le brinda la puerta abierta a una escritura sin aditivos, que supera cualquier experiencia personal y dinamita los límtes de la ficción. El autor desvela la tensión que puede surgir entre la fe en la escritura y el rechazo que esta puede provocar.
En Extraña forma de vida (Anagrama, 1997), Marcelino (Cyrano en la intimidad de su amante) está preparando una conferencia –muchos de los narradores de historias de Vila-Matas son escritores preparando conferencias– cuando recibe una carta de su amante. En ella, le da un ultimátum: o él se separa de su esposa hoy, o ella lo dejará para siempre. Bajo la impresión de un inminente desastre, Marcelino decide cambiar su vida.
El protagonista es un escritor aficionado al espionaje, algo que ha heredado de su familia. A medida que va viendo las vivencias de sus vecinos, se documenta para su futura novela, lo que le hace ver las enormes similitudes entre la escritura y el arte de la averiguación. Mientras tanto, decide volver a recordar el momento que cambió su vida, el de la decisión que tuvo que tomar tras aquel ultimátum.
Ironía, tensión y humor
En su última novela, el escritor alumbra un duelo de genios que anticipa que la originalidad, paradójicamente, puede surgir de algo como una cita. La tensión entre las dos conciencias -- la que mentiene fe en la escritura y la que la rechaza- mantienen la novela en un punto álgido constante, creando una adicción a este punto de vista conceptual. Como un muchas de sus obras, la crítica también remarca su estupenda utilización de la ironía como antídoto a lo establecido, a los digmatismos y sus rigideces.
Con Extraña forma de vida Vila-Matas domina con un humor mordaz y un virtuoso dominio esta sombra de sí mismo al tratar de responder a la pregunta fundamental: si Dios ya no está allí para mirarnos, ¿quién nos ve? Escritores y espías, relaciones secretas, una pequeña familia... una mezcla que consigue una obra ingeniosa y cómica. La novela revela un día en la vida de un escritor y cómo la excesiva curiosidad a veces puede ser fatal. Asimismo, sigue una serie de giros, divagaciones y reflexiones sobre la escritura, que van unidas a preguntarse el sentido que tiene la vida. Un compendio de humor e inteligencia que plantea la única pregunta que vale la pena para el escritor: ¿qué escribir y por qué?
El relato del escritor catalán ha recibido múltiples reconocimientos a lo largo de los años en forma de premios y buenas críticas, y a día de hoy sigue siendo uno de los más leídos y vendidos de su bibliografía.