La gran deuda pendiente de la Dependencia
Jueves 30 de octubre de 2025
5 minutos
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El sistema de atención a la dependencia vive desde su origen en un estado de infrafinanciación crónica que vulnera tanto el espíritu como la letra de la Ley 39/2006. Cuando los titulares del Gobierno aseguran que su aportación cumple la ley y que no existe obligación de aportar el 50%, están tergiversando el mandato legal básico: la corresponsabilidad financiera.
Argumentos legislativos:
- El artículo 32.3 de la Ley 39/2006 establece taxativamente que “la aportación de la Comunidad Autónoma será, para cada año, al menos igual a la de la Administración General del Estado”. Esto significa que el Estado no puede aportar menos que las Comunidades Autónomas en la financiación del sistema de dependencia.
- El artículo 9.2 recoge la obligación presupuestaria estatal anual, al señalar que “la financiación pública de este nivel de protección correrá a cuenta de la Administración General del Estado”.
- La Ley consagra el principio de corresponsabilidad financiera, exigiendo una financiación “estable, suficiente, sostenida y garantizada” mediante la cooperación entre administraciones.
Los tres niveles de protección, explícitamente recogidos en la Ley.
La Ley 39/2006 en su artículo 7 y en la Exposición de Motivos establece tres niveles de protección claramente diferenciados:
- Nivel mínimo de protección: definido y garantizado financieramente por la Administración General del Estado, que cubre el derecho básico para todas las personas reconocidas como dependientes.
- Nivel de protección acordado: implantado mediante convenios de colaboración y cofinanciación entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas, permitiendo el desarrollo de servicios y prestaciones adicionales.
- Nivel de protección adicional: aportaciones y servicios extraordinarios que pueden asumir de manera voluntaria las Comunidades Autónomas con financiación exclusivamente autonómica.
Esta estructura de niveles está formulada de manera explícita y exhaustiva en la propia ley, y determina de forma precisa la obligación de corresponsabilidad financiera y la distribución de competencias.
Pero ¿qué dicen los datos? Lejos de esa corresponsabilidad, la realidad de la ejecución presupuestaria es tozuda. El Estado nunca ha llegado al 50% de aportación. A continuación, la tabla oficial de los últimos años:
| Ejercicio | Gasto total (M€) | Aportación CCAA (M€) | % CCAA | Aportación Estado (M€) | % Estado |
| 2024 | 12.902 | 9.424 | 73,04 | 3.478 | 26,96 |
| 2023 | 11.522 | 8.230 | 71,43 | 3.292 | 28,57 |
| 2020 | 8.907 | 7.523 | 84,46 | 1.384 | 15,54 |
Fuente: IMSERSO
En 2024, el Gobierno central aportó solo el 26,96% del gasto total, frente al 73,04% de las comunidades autónomas.
En 2023, la financiación total fue de 11.522 millones de euros. Ese año, el Estado alcanzó su mayor porcentaje de aportación histórica reciente (28,57% del total), pero está lejos de equiparar su responsabilidad.
En 2020, la aportación estatal cayó a un mínimo histórico del 15,54%.
¿Conclusión? El modelo está quebrado y la ley incumplida. Es urgente que el Gobierno de España asuma de una vez su corresponsabilidad presupuestaria y equipare su aportación a la de las comunidades autónomas. No es solo una cuestión de justicia política, sino de legalidad y dignidad para millones de nuestros mayores y dependientes.
La dependencia merece un compromiso real, no excusas presupuestarias.
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