Balance del paro sénior en 2025 y oportunidades para 2026
Elsa Novo de MiguelFoto: Europa Press
Viernes 26 de diciembre de 2025
6 minutos
Foto: Europa Press
Viernes 26 de diciembre de 2025
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A lo largo de 2025, el desempleo en el colectivo sénior apenas se ha reducido (desde los 800.000 parados de 50 o más años a cierre de 2024, hasta las 785.500 personas, según la EPA del tercer trimestre), y el porcentaje respecto al número total de parados sigue anclado en el 30%. Al estancamiento en este grupo de edad, se añade el problema del paro de larga duración: más del 50% de los desempleados sénior lleva un año o más buscando trabajo sin éxito. A este escenario se suma una brecha de género persistente: las mujeres continúan liderando el desempleo en esta franja de edad y afrontan mayores barreras para recuperar su actividad profesional.
Esta situación no responde a una falta de talento ni de capacidad por parte de los profesionales sénior, sino a un conjunto de barreras. La principal de ellas es el edadismo laboral, un prejuicio todavía muy arraigado que limita las oportunidades de quienes cuentan con mayor experiencia. Persisten sesgos que los asocian erróneamente con menor capacidad de adaptación, costes salariales más altos o menores competencias digitales, cuando la realidad demuestra lo contrario: los equipos que combinan distintas generaciones trabajan mejor, innovan más y aportan una mayor estabilidad a las organizaciones.
A este sesgo cultural se suma un desajuste estructural entre la demanda de talento y las competencias disponibles. España arrastra un déficit de perfiles especializados en ámbitos técnicos y de gestión, precisamente en áreas en las que los profesionales sénior podrían desenvolverse con éxito con la formación adecuada. Con frecuencia, el problema no está en la capacidad del sénior, sino en los prejuicios que lastran su valoración y la falta de oportunidades reales para mantenerse al día.

La tecnología añade un reto adicional. Los sistemas automáticos de filtrado de currículums, denominados ATS, y los algoritmos que se utilizan en los procesos de selección, tienden a reproducir los sesgos existentes en la sociedad y, en muchos casos, penalizan las candidaturas sénior. El resultado es que miles de perfiles quedan descartados antes siquiera de llegar a la entrevista, es decir, que las herramientas que deberían servir para encontrar el talento, acaban cuando ven el dígito de la edad que consideran fuera del mercado laboral sin más argumentos.
Para el senior que está en situación de desempleo, el paso de los meses sin obtener respuestas tiene consecuencias que no siempre se ven. La acumulación de silencios, rechazos y procesos cerrados sin explicación genera un desgaste emocional que termina afectando a la propia percepción. Aparecen dudas, inseguridad y, en algunos casos, creencias limitantes que no reflejan la realidad, pero sí condicionan la motivación y el ánimo para seguir intentándolo. La cronificación del desempleo sénior no solo es un problema laboral, tiene también un coste psicológico y social.
Oportunidades para el talento sénior en 2026
Frente a esta realidad, es importante transmitir que sigue habiendo oportunidades para los senior. A lo largo de 2025 hemos visto la consolidación de otras fórmulas alternativas de trabajo, como el Interim Management (ejecutivo temporal), la consultoría sénior o el trabajo por proyectos, que junto a las ocupaciones como mentor, coach o docente, demandan experiencia, talento y conocimientos; ingredientes que los profesionales +50 están en condiciones de aportar debido a su dilatada trayectoria vital y laboral.
Por otro lado, en cuanto a sectores, en 2026 se demandarán perfiles enfocados en el sector de la salud, la economía silver y los cuidados, debido a la longevidad y el envejecimiento de la población que vive nuestro país.
También el comercio electrónico necesitará profesionales especializados en logística, así como responsables de operaciones y gestión de cadena de suministro. La industria y la ingeniería demandarán responsables de proyectos para supervisar procesos cada vez más complejos. Sin olvidarnos de la economía verde ligada a la transición energética, que ofrece un amplio abanico de posiciones y perfiles, especialmente en el ámbito de las energías renovables, la eficiencia y rehabilitación energéticas, pero también perfiles especializados en sostenibilidad y consultoría ESG.
Los sénior están en óptima situación para aprovechar estas oportunidades, porque, pese a los mitos, el mercado laboral necesita, más que nunca, experiencia y criterio. Y si combinamos las habilidades en que los senior destacan de manera natural (pensamiento crítico, capacidad de supervisión en entornos automatizados, liderazgo empático, gestión del estrés y visión estratégica) con el conocimiento de las herramientas digitales y la disposición al aprendizaje continuo que demandan las empresas, tendremos el perfil ideal para todos estos nuevos nichos de empleo.
Mejorar la empleabilidad del profesional sénior
En este sentido, SAVIA (@GeneracionSavia), nuestro proyecto impulsado desde Fundación Endesa en colaboración con Fundación Máshumano, reafirma su compromiso de seguir trabajando para mejorar la empleabilidad del sénior. Es por ello que potenciamos formaciones especializadas sobre los nuevos sectores de empleo como la economía verde o ayudamos a este colectivo a la actualización de sus competencias digitales. Además, contamos con un programa de intermediación laboral que conecta los candidatos +50 con empresas que buscan perfiles con experiencia. Con cada acción, se busca impulsar la confianza de los profesionales que han acumulado décadas de conocimiento, recordándoles que su valor no se mide por la edad, sino por la capacidad de transformar organizaciones y sociedades.
En un entorno dominado por la automatización y la inteligencia artificial, la combinación de experiencia, pensamiento crítico y flexibilidad cognitiva será imprescindible en el mundo laboral. Por eso, más que nunca, necesitamos palancas de acción, medidas concretas y estrategias empresariales que reconozcan el potencial sénior y lo incorporen de forma decidida. La competitividad del país no puede permitirse perder a cientos de miles de profesionales +50, cuya aportación será determinante para el crecimiento económico de los próximos años.


