
Jueves 30 de enero de 2020
2 minutos
Como es natural, la declaración institucional de Joaquim Torra (no sé si llamarle “president Torra”) provocó una tormenta de reacciones. Hubo quien pidió un nuevo 155 para cesarle. Y quien anunció acciones legales contra cualquier decisión que tome. Y quien emplaza a Pedro Sánchez a que anule la reunión del día 6. Y, naturalmente, quien aplaude ese gesto de dejar los Presupuestos como herencia y largarse después. Nada que no pudiésemos esperar. Lo que más me interesó del torbellino de palabras es lo que dijo Esquerra Republicana, que en principio y según las encuestas parece llamada a formar el futuro gobierno catalán: “El adversario no es otro que el Estado y la represión”. Señores, aquí no cambia ni cambiará nada. El gran agitador anuncia su marcha, pero le van a suceder los que siguen hablando de Estado opresor. Con esos mimbres comenzará la negociación. Quien sea capaz de mostrar optimismo, que levante la mano: se la cortarán.