Carmen de Grado
Opinión

La noche estrellada, metáfora del curso de la vida

Carmen de Grado

Miércoles 24 de septiembre de 2025

3 minutos

La noche estrellada, metáfora del curso de la vida

Miércoles 24 de septiembre de 2025

3 minutos

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Una de las obras más reconocidas de occidente fue pintada por Van Gogh desde la ventana del asilo donde estaba recluido y muestra el momento del amanecer.

Podemos ver en ella la representación del curso de la vida. ¿Tal vez de su vida? ¿Una proyección del autor de su propia existencia?

Todo parece estar en movimiento. Sin duda esto pasaba en su espíritu, aún encerrado en un asilo para enfermos mentales, su imaginación y su pincel estaban en plena producción. Hay noche, y también, fantástica luminosidad.

 

La noche estrellada, metáfora del curso de la vida
​​​​​​​La noche estrellada, V. Van Gogh,1889, óleo sobre lienzo, Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA)

La noche estrellada, V. Van Gogh,1889, óleo sobre lienzo, Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA)

 

La base izquierda de la obra está ocupada por un ciprés, árbol oscuro, casi negro, propio de los cementerios, con rasgos inquietantes. Sin embargo, en el lado opuesto superior, hay un sol intenso, resplandeciente, que se destaca en el cielo con otras estrellas también vibrantes. Podemos interpretar que es un sol fundido con una media luna

Sobre la aldea, desde el lado izquierdo, surge una fuerza o torbellino que se resuelve en el símbolo del ying y el yang, fuerzas opuestas y complementarias, interdependientes, que transforman el universo. La forma ocupa el centro superior de la obra y se continua en otro ying yang más pequeño, parecido a una espiral. La espiral, uno de los símbolos más antiguos usados por la humanidad podría ser interpretado aquí como referencia al ciclo de la vida: nacimiento-muerte-renacimiento, o amanecer-día-noche. Debajo, a manera de río, se extiende una línea ascendente como manto protector sobre las montañas y el poblado.

Una revisión de la existencia lleva a muchos mayores, guiados por su espíritu y una actitud creativa, a vislumbrar la posibilidad de un despliegue promisorio, de crecimiento. Pueden entonces soportar la incertidumbre, saben que la sombra inquietante representada por el árbol puede extenderse, pero notan también que queda equilibrada y atenuada por muchas estrellas que resplandecen en el cielo y lo vivifican. Si han reflexionado de las experiencias vividas, saben ya de transformaciones: pérdidas y ganancias, ciclos de obscuridad y luz, pasajes del dolor a la recuperación del bienestar, de caminos tortuosos y nuevos aprendizajes

Sobre el autor:

Carmen de Grado

Carmen de Grado

Carmen de Grado es Licenciada en Psicología, Máster en Psicogerontología, ex docente en la Universidad Maimónides de Buenos Aires (Argentina) y actualmente en el Instituto Iberoamericano de Ciencias del Envejecimiento (INICIEN).

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