Estos diminutos insectos ovíparos, que se alimentan de sangre y viven exclusivamente en el cabello humano, son uno de los problemas más comunes en los niños. Aunque como dicen los expertos, esta criatura no tiene especial predilección por una edad o un género determinados, lo único que le atrae es el cabello, especialmente el largo, motivo por el que las niñas y las mujeres tiene mayor incidencia.
Además, es más habitual entre los niños por la forma de relacionarse que tanto les caracteriza y en la que el contacto físico es muy importante. Sin embargo, esto no quiere decir que los adultos no puedan contagiarse. En este caso, ¿cómo deben actuar ante la presencia de piojos en su cuero cabelludo?
Tal y como acabamos de ver, los niños suelen infestarse de piojos debido al contacto directo entre cabeza y cabeza. Algo menos habitual entre las personas mayores, pero no imposible, sobre todo si en tu familia hay algún niño que ya sea portador de dichos insectos.
Estas simulitudes se extienden también a los tratamientos para acabar con los piojos y las liendres, que son unos pequeños huevos de color blanquecino que a los pocos días eclosionan hasta convertirse en piojos. Además de localización de estas criaturas en el cuero cabelludo, el síntoma principal de esta afección es un picor intenso y constante, que se debe a la saliva que generan los piojos al picar el cuero cabelludo para alimentarse, lo que también provoca un leve enrojecimiento.
Una vez detectada la presencia de piojos vivos, es el momento de actuar. ¿Cómo? Siguiendo estos sencillos pasos:
En cuanto a la prevención, además de eludir el contacto directo con aquellas personas que sepas que están infectadas, puedes lavar toda la ropa o los complementos que haya utilizado la familia durante esos días, además de usar repelentes de piojos en el cabello y revisar el estado del mismo con asiduidad. Y olvídate de dejarte el pelo sucio, se trata de un mito que puede incluso empeorar la situación.