Ya estamos metidos de lleno en los calores del verano y una excelente manera de combatirlos es disfrutando de un buen helado lo más natural posible que podemos elaborar perfectamente en nuestra casa de una manera rápida y sencilla. Estas son cinco ideas que proponemos para luchar contra los rigores veraniegos desde nuestra propia casa.
Helado de chocolate
El helado de chocolate es un clásico entre los más clásicos que gusta a todo el mundo. Como curiosidad de este helado 'de toda la vida', diremos que la primera receta conocida que se publicó apareció en la localidad italiana de Nápoles y data nada menos que del año 1693, antes incluso de que apareciera la primera receta de chocolate caliente.
Para elaborarla en casa necesitaremos los sigientes ingrecdientes: chocolate negro de buena calidad porque es la base de la receta y conviene que que al menos tenga un 70 % de cacao, un poco de café soluble, leche, azúcar, yemas de huevo y sus correspondientes claras.
Comenzamos rallando la mitad del chocolate para después envolverlo en papel de aluminio y reservarlo en el congelador del frigorífico. La otra mitad se une al café después de haberla rallado. Luego, esta mezcla se une a la leche las yemas y el azúcar y se pone a fuego lento mientras se remueve hasta que quede espesa. Una vez espesada dejamos que se enfríe y ponemos la pasta en un recipientes que mantendremos durante unas cinco horas en el congelador. Pasado ese tiempo hay que batir el resultado con las claras de huevo. Ahora solo falta servir y espolvorear con las virutas de chocolate que habíamos conservado en papel de aluminio en el congelador de la nevera.
Helado de fresa
Otro clásico como el de chocolate aunque más reciente puesto que empezó a prepararse durante la guerra anglo-estadounidense del año 1812 que enfrentó a los Estados Unidos contra el Reino Unido y sus colonias canadienses tanto por tierra como en el mar, aunque nadie sabe en cuál de ambos bandos comenzó a servirse.
Para preparar esta receta en casa se necesitan fresas, aproximadamente medio kilo, una buena cantidad de azúcar, un chorrito de miel y nata montada.
La elaboración es muy sencilla. Lo primero que debemos hacer es limpiar bien las fresas y trocearlas, ponerlas en un bol y mantenerlas en el congelador del frigorífico durante al menos una hora. Se pueden utilizar también fresas fuera de su temporada si previamente cuando era fácil encontrarlas, tuvimos la precaución de congelarlas. Transcurrido ese tiempo añadimos a las fresas el azúcar y trituramos la mezcla. Cuando lo hayamos hecho añadimos la nata montada bien fría y la miel. Se vuelve a triturar todo junto y llevamos el resultado al congelador donde permanecerá unas seis horas, pero durante las dos primeras deberemos removerlo. Transcurrido ese tiempo el helado ya estará listo.
Helado de yogur y frutos rojos
Esta opción no es tan clásica como las anteriores y se puede elaborar también con fresas pero admite cualquier otro tipo de frutos rojos como cerezas, arándanos, frambuesas, moras o grosellas.
Sus ingredientes, además de los frutos rojos elegidos, son muy sencillos, tan solo se trata de tener a mano tres yogures griegos y tres cucharadas de azúcar.
Lo primero que debemos hacer es introducir en una batidora todos estos ingredientes y tritúralo todo hasta que se obtenga una pasta homogénea. Después se vuelca la mezcla en un molde con tapa y se mete en el congelador. Como en el caso anterior, durante las tres primeras horas conviene darle una vuelta cada hora con una cuchara para que congele de forma homogénea. Tardará entre seis y ocho horas en tener la textura necesaria. Puedes servirlo acompañado de unos frutos rojos del mismo tipo de los que se ha hecho el helado.
Hay que tener en cuenta que los frutos rojos tienen pepitas; si no te gusta encontrártelas en el helado, debes colar la mezcla antes de ponerla en le molde. O, si por el contrario, te gusta encontrarte tropezones de fruta, una vez hecha la mezcla, tritura a parte unos cuantos frutas y añadelos a la pasta.
Helado de aguacate
El helado de aguacate es uno de los más sanos, refrescantes y fáciles de preparar en casa. Poco a poco se está convirtiéndo en un imprescindible y cada vez hay más gente que decide probarlo.
Los ingredientes que vamos a necesitar para preparar este helado son un par de aguacates maduros, el jugo de un limón, unos 350 gramos de leche condensada y otros tantos de crema de leche líquida o nata, pulpa de vainilla y frutos secos para decorar, los que mejor le van son pistachos, nueces y almendras.
Se empieza por pelar y cortar los aguacates por la mitad para retirar el hueso y poner la pulpa en un bol. Exprimimos el jugo del limón y lo añadimos al bol con el aguacate, con cuidado de que no caiga pulpa. Después, con la ayuda de un tenedor aplastamos el aguacate y vamos añadiendo la leche condensada, la nata y la pulpa de la vainilla. Removemos bien todos los ingredientes. Con una batidora de varillas batimos hasta que la mezcla sea homogénea y a continuación, lo metemos en un tarro u otro recipiente hermético y lo guardamos en el congelador durante dos horas. Pasado este tiempo volvemos a batir la mezcla y lo volvemos a dejar durante 2 horas más en el congelador. A la hora de consumirlo, podemos añadir unos frutos secos picados para decorar.
Helados de hielo de limón
En verano es lo que más apetece y estos helados de hielo de limón resultan muy divertidos y refrescantes. Además, con unos buenos limones de calidad el resultado será inmejorable. Son sanos, frescos, divertidos y naturales, pero además puedes sustituir, si lo prefieres, los limones por naranjas.
Los ingredientes no pueden ser más sencillos, tan solo son necesarios una docena limones de buena calidad, 50 gramos de azúcar y unos 50 mililitros de agua.
En primer lugar hay que preparar un almíbar con el agua y el azúcar. Para ello, en un cazo, se añade el agua y el azúcar a partes iguales y se calienta hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. Una vez conseguido esto,se apaga el fuego y hay que dejar que se enfríe un poco. Mientras tanto, se exprimen los limones para conseguir el zumo y se reserva. Después hay que mezclar el zumo de limón con el almíbar e integrar bien hasta conseguir una mezcla homogénea. A continuación se llenan con ella unos moldes sin llegar al borde y se introduce un palito. Se mantienen en el congelador durante no menos de cinco horas aunque lo ideal es que sean doce para asegurarse de que se ha formado correctamente.