Chef Cundi Sánchez: "Me hace ilusión disfrutar día a día de lo que hago"

La chef murciana Cundi Sánchez, junto a su marido, Tomás Écija, en el restaurante El Albero de Ceutí y en el gastrobar La Maitay de Molina de Segura, ha sido finalista de la octava edición del Concurso Cocinero del Año, celebrada el pasado mes de abril en el marco de la Feria Alimentaria & Hostelco.

Comenzó su andadura en la senda gastronómica con tan solo 16 años en un restaurante de playa y es una cocinera autodidacta que explica cómo todo lo que sabe de cocina se lo enseñó Tomás Écija y un tía que cocinaba en un convento.

 

 

P.: ¿Cuál es el estado actual de la gastronomía en la Región de Murcia?

R.: Creo que estamos en un momento muy bueno en el que hay más visibilidad gracias a toda la remesa de gente joven que actualmente esta fomentando la gastronomia murciana.

P.: ¿Cómo es la sinergia entre gastronomía y turismo en la Región de Murcia?

R.: Pienso que van muy de la mano pero debería de haber más publicidad, más accesos para el turismo de fuera de la Región (ave, tren de alta velocidad, mejor comunicación entre alicante y murcia) y facilidades para promocionar más el turismo en la Región.

P.: ¿Qué dirías a la gente para que se anime a conocer la gastronomía de la Región de Murcia?

R.: Que a parte de disfrutar de nuestra diversidad: huerta, mar y montaña, podemos presumir de varias razas autoctonas con denominación de origen.

P.: ¿Podemos decir que la cocina murciana está estrechamente ligada a la excelencia de su producto?

R.:  Si, por supuesto

P.: La Región de Murcia es una autonomía pequeña comparada con otras como Andalucía o Castilla y León, pero sin embargo tiene ocho denominaciones de origen, ¿a qué se debe?

R: Esto es así gracias al mimo, al cuidado e interés que tanto agricultores como ganaderos ponen para sacarlos a flote y a los cocineros que los fomentamos.

P.: Empezaste en el mundo de la restauración con tan sólo 16 años, ¿Cómo fue aquella etapa?

R.: Fue muy dura, pero me sirvió para realizarme como persona, madurar en muchos aspectos y darme cuenta cada día de lo sacrificada que es esta profesión. Gracias a esa fortaleza que me dio empezar tan joven me he dado cuenta de que la de cocinera es la profesión que más admiro y respeto y de que me apasiona.

P.: Tengo entendido que eres autodidacta y que te enseñaron a cocinar tu pareja y una tía monja que cocinaba en un convento, ¿es así?, ¿cómo fueron aquellos años?

R.: Realmente mi tia monja me enseñó a hacer unas deliciosas croquetas, fue mi abuelo el que me iba diciendo paso a paso las recetas de guisos caseros, base fundamental de la cocina, que mi madre me dejaba apuntadas. Con mi pareja, Tomás, todo ha sido mucho más fácil y gracias a él e ido evolucionando, creando y aprendiendo otras cosas.

P.: Combinas tu dedicación al restaurante El Albero con el gastrobar La Maita de Molina de Segura y, además, tienes tu propia tienda de delicatessen, eres ponente en jornadas gastronómicas ¿de donde sacas el tiempo para tanto?

R.: (Risas) ¿el tiempo?, pues la verdad no lo sé yo tampoco, pero lo cierto es que es verdad que cuando algo te gusta, no existe el tiempo.

P.: Tengo entendido que en los dos sitios trabajas junto a tu pareja…

R.: Si, nos vamos alternando para poder llevarlo lo mejor posible.

P.: Defínenos la oferta gastronómica de El Albero, ¿cómo es tu cocina?

R.: Cocina tradicional, con toques creativos, donde intentamos sacar al producto el máximo rendimiento y fomentar dentro de nuestra cocina fusión los productos autoctonos y de gran calidad que tiene nuestra Región.

P.: Creo que también tienes detalles culinarios orientales, ¿por qué decidiste trabajar con ellos? 

R.: Dentro del poco tiempo que tenemos, sacamos alguna semana al año para viajar, aprender, conocer nuevas texturas, aromas y sabores de otros países para poder adaptarlos y combinarlos a los de nuestra Región. Así fue como conocimos la cocina oriental, es una de las cocinas que nos encanta, por eso quisimos introducirla en la nuestra y fuimos los pioneros en la Vega Media en dar a nustros clientes otra alternativa a la que hemos llamado cocina japo-huertana con nuestro toque especial.

P.: Uno de tus platos emblemáticos es el Ravioli de chato murciano, una raza autóctona de cerdo que estuvo a punto de desaparecer que los productores murcianos han rescatado, ¿crees que es consciente la gastronomía española de la deuda que tiene por esto con la Región de Murcia?

R.: Creo que la gastronomía española no es consciente de esto. Y no solo esta el chato, por ejemplo, nostros hemos ayudado a fomentar el consumo y la producción de carne de gallina murciana, tambien en peligro de desaparecer, con un proyecto llamado “el catarrás” que consiste en la elaboración artesanal de embutido 100% carne de gallina. Pero además tambien hay empresas murcianas que estan ayudando a la producción de semillas en peligro de extinción.

P.: ¿Cuáles son tus proyectos profesionales más inmediatos?

R: Sobre todo me hace ilusión disfrutar día a día de lo que hago y también colaborar a nivel regional en un precioso proyecto de cocina saludable en colegios infantiles, llamado Escuelas Activas.