Región de Murcia

Ruta por el Altiplano de la Región de Murcia: Fortuna, Abanilla, Jumilla y Yecla

Antonio Castillejo

Lunes 21 de febrero de 2022

ACTUALIZADO : Martes 1 de marzo de 2022 a las 13:37 H

11 minutos

Patrimonio, vinos y gastronomía se dan la mano en la comarca más septentrional de la Comunidad

Rutas del vino murciano: Jumilla. Viñedos de Bodegas Salzillo en Jumilla. Foto Bodegas Salzillo
Antonio Castillejo

Lunes 21 de febrero de 2022

11 minutos

La Comarca del Altiplano se adentra en la Murcia mesetaria, es la comarca más septentrional de la Región de Murcia que limita al este con el Alto Vinalopó y el Vinalopó Medio en Alicante, al sur con la Comarca Oriental murciana y la Vega Alta del Segura y al norte y el oeste con la provincia castellano manchega de Albacete.

Es un territorio de extensas planicies que presagian la proximidad de las llanuras manchegas. Estos campos aparecen ante los ojos del viajero cubiertos de viñedos, formando las comarcas vinícolas de Jumilla y Yecla, poblaciones con intensa raigambre e historia. Y junto a ellas Fortuna, famosa por su balneario, su  patrimonio arqueológico y sus fiestas de Sodales Ibero-Romanos, y Abanilla, territorio perteneciente a la antigua Taifa de Murcia. 

Jumilla

En Murcia el vino no es tan solo el milagro que nos ofrece la vid, es también una manera de entender la vida y vivirla compartiendo. En la Región el vino es sinónimo de compartir y disfrutar haciéndolo como se viene haciendo en estas tierras desde que íberos y romanos ya se dedicaban al cultivo de las viñas.

Eminentemente vinícola, Jumilla disfruta el clima Mediterráneo, con rasgos semiáridos, que aporta a sus vinos de Jumilla, matices según la orografía, la cercanía a la costa o la exposición a los vientos dominantes. Las precipitaciones anuales medias son muy irregulares, de unos 300 mm, concentrándose en pocos días, y las temperaturas medias oscilan entre los 17 y 19 grados y el sol brilla con intensidad unos 300 días al año. Estos ingredientes otorgan a los vinos murcianos con denominación de origen Jumilla su impronta característica. La uva que más se utiliza es la Monastrell. Una variedad tinta de racimos pequeños y apretados que se adapta perfectamente a las condiciones medioambientales de estas tierras.

Monastrell, la reina de las uvas en Jumilla. Foto: Wikipedia

Pero Jumilla no es solo vino, algo que ya de por sí sería más que suficiente para visitarla, Jumilla es también patrimonio histórico gracias a sus muchos siglos que se remontan hasta la protohistoria. Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1981, el patrimonio histórico de Jumilla es simplemente espectacular empezando por su Castillo cuyas primeras fortificaciones se remontan a la Edad de Bronce y civilización tras civilización, se han ido sucediendo en él, debido en gran parte a su situación privilegiada. En la Edad de Hierro, formaron los íberos un gran poblado fortificado y más tarde entran las legiones romanas y también fortificaron el cerro, construyendo parte de la muralla que se conserva hoy día. De esta época se encuentran restos de cerámica del siglo I d. C., lo que nos da una idea, de la temprana penetración, en Jumilla, de las legiones romanas. Pero no fue hasta 1461 cuando el marqués de Villena levantó la fortaleza casi tal como la conocemos hoy, con sus tres pisos, sótano y terraza, poniendo en ella el escudo de sus armas. 

Castillo de Jumilla. Foto: Turismo de Jumilla

Otro punto que se debe visitar es el popular Casón, localizado en la actualidad en el casco urbano de la población es uno de los monumentos tardorromanos mejor conservados de toda España. Data del siglo V y es un panteón funerario paleocristiano de planta de cruz griega que tiene dos absidiolos y puerta de acceso en su cara este que se declaró monumento nacional en 1931.

Y a la hora de comer conviene saber que la cocina jumillana procede de las diversas culturas asentadas en esa tierra. La influencia de la gastronomía murciana, alicantina y manchega, junto a los rigores invernales y la dureza de las labores campesinas han dado lugar a unos platos apetitosos y variados.

Es indispensable probar el cabrito frito con ajos los caracoles serranos y el gazpacho jumillano, un manjar de origen judío, cocinado con trozos de torta de harina de trigo sin fermentar, a la que se añade carne de caza, liebre, perdiz o conejo. Y el postre está muy claro, peras con denominación de origen Jumilla al vino.

Peras de Jumilla al vino. Foto: Murcia Turística

Yecla

Más que difícil es elegir entre los vinos de Jumilla y los de Yecla. Lo mejor es probar las dos denominaciones de origen y quedarse con ambas.

Yecla es sinónimo de grandes vinos desde que a ese precioso rincón de la Región de Murcia lo llevaran los fenicios y lo expandieron los romanos. De hecho, existen restos arqueológicos encontrados en el paraje de la Fuente del Pinar que presentan importantes estructuras relacionadas con la elaboración de vino durante los siglos I a III.

Vinos de Yecla. Toto Turismo de Yecla

Cuando más tarde, en el siglo VIII, llegan los árabes a la península son muchos los viñedos que encuentran y mantienen para consumir sus frutos así como el mosto sin fermentar.

Ya en el siglo XVI cuando encontramos los primeros datos de existencia de viñedos en la estadística general de España por Real Cédula y fue expedida en el pardo en 1575, donde se considera Bodega Mayor la producción de vinos de esta zona, según las crónicas de Felipe II, aunque no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando los viñedos crecieron hasta ocupar todo su territorio actual.

Pero como en el caso de Jumilla, en Yecla no solo hay grandes vinos sino también un espléndido patrimonio histórico y cultural. Ahí está para demostrarlo su Plaza Mayor, un conjunto monumental renacentista y barroco en el corazón del casco histórico. O la Iglesia de la Asunción o 'Iglesia Vieja',  antiguo templo gótico con campanario renacentista, y por supuesto también la Basílica de la Purísima construida entre 1775 y 1868 bajo cánones neoclásicos.

Basílica de la Purísima en Yecla. Foto  Región de Murcia

También merecen ser visitados los restos del castillo fortificado y del antiguo poblado andalusí de Hisn Yakka, el Arco de los Reyes Católicos bajo el que pasaron los monarcas, el yacimiento romano de Los Torrejones, los Cantos de la Visera que son yacimientos de arte rupestre del arco mediterráneo y de arte esquemático ibérico declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO al igual que el yacimiento prehistórico del Abrigo del Mediodía.

Y para reponer fuerzas, es imprescindible probar las deliciosas empanadas de Yecla. Están elaboradas con atún y con patata, que tanto gustan a los niños, se preparan en toda Murcia, aunque son especialmente típicas en algunos pueblos, sobre todo Yecla, tanto, que han terminado dándoles nombre. Antes no se conocían mucho fuera de la región de Murcia, aunque ahora ya comienzan a hacerse un hueco en el recetario de toda España.

Prueba estas empanadas de patata de Yecla, y nunca volverás a hacerlas como antes. Foto: Bigstock

Fortuna

Siguiendo con nuestra ruta llegamos a Fortuna, un municipio famoso por el balneario de Fortuna-Leana, por su gran patrimonio arqueológico y por sus fiestas de Sodales Ibero-Romanos, unas de las fiestas históricas más importantes de la Región de Murcia, que están declaradas de interés turístico Regional y se celebran en pleno mes de agosto, coincidiendo con las Fiestas Patronales en Honor a San Roque.

El balneario de Fortuna-Leana está considerado como uno de los balnearios más antiguos de España, puesto que su origen se remonta al siglo I después de Cristo, en el que los Romanos edificaron un ninfeo balnear muy próximo al actual, debido al carácter curativo y termal de las aguas que de allí brotaban.

balneario de Fortuna Leana. Foto Leana

Entre el rico patrimonio de histórico de Fortuna brilla con luz propia la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, edificio que se enmarca dentro del barroco murciano que se construyó entre los años 1728 y 1744, si bien en la restauración de 1998 quedó transformado el último cuerpo de su torre campanario, recuperando los aires barrocos que debía tener en un primer momento.

Por su parte, la Ermita de San Roque data de principios del siglo XVII y albergó durante mucho tiempo una imagen del Santo Patrón atribuida a Salzillo, y que fue destruida en la Guerra Civil. Junto a este edificio se encuentra la estrecha y típica calle de San Pedro, que sería durante mucho tiempo la calle mayor, esta es la primera calle por la que pasa el traslado de la imagen del patrón hasta la parroquia para el inicio del novenario.

Ermita de San Roque. Foto  Región de Murcia

Por lo que a las fiestas de Fortuna se refiere sería imperdonable no visitar esta localidad durante las Fiestas Sodales Íbero-Romanas. Se celebran en agosto y en ellas se organizan muchísimos actos relacionados con el pasado íbero y romano con el que cuenta Fortuna, entre estos actos destaca el desfile del día 15 de agosto, la cena romana que se celebra en un entorno privilegiado como es el santuario romano de la Cueva Negra y muchos actos más.

 Fiestas de Sodales Íbero Romanos. Foto  Wikipedia

Abanilla

Abanilla es una localidad lindante con la provincia de Alicante. Su nombre deriva del  árabe al-Bayada, que significa "la ciudad blanca".​ Se trata de un territorio perteneciente a la antigua Taifa de Murcia que pasó a ser dominio de la Corona de Castilla en 1243.​

Hoy día, todavía son visibles reminiscencias de la arquitectura medieval en el entramado del casco histórico, sinuosas calles en adarve, estrechas y perfumadas con los aromas de la cocina tradicional conducen, a quien la visita, en un placentero viaje al pasado donde parece haberse parado el tiempo.

Abanilla. Foto Murcia Turística

El Lugar Alto con los restos de lienzo de muralla de la alcazaba árabe, la monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús, la fuente de la Calle Mayor decorada en llamativos azulejos, el lavadero público todavía usado por la gente del lugar, la Plaza del Ayuntamiento, la barroca Iglesia de San José, la Casa Cabrera, la Casa Pintada – palacios-residencia de los Comendadores-,  la Casa de la Encomienda, lugar donde se recaudaban los diezmos apara la Orden…

Sagrado Corazón. Abanilla. Foto Wikipedia

Todos estos edificios fueron mandados a construir por la Orden Militar y Religiosa de Calatrava, formación que permaneció en Abanilla poco más de cuatro siglos, probablemente fueran ellos quienes también trasmitiesen la tradición de adorar la Cruz y, por esto, Abanilla conserva un Lignum Crucis al que rinde su patronazgo con la pasión de todo un pueblo.

Y a la hora de reponer fuerzas conviene saber que la gastronomía de Abanilla está muy ligada a la ubicación en la que se sitúa el término y se cocinan extraordinarias paellas pero la especialidad más típica es el arroz con conejo y caracoles.

Pero tampoco pueden dejar de probarse los embutidos caseros, las gachasmigas, hortalizas como las habas o las alcachofas que allí llaman alcaciles o un rico tomate que haya sido regado con las aguas del río Chícamo

Albaricoques de Damasco. Foto Wikipedia

En cuanto a postres, destacan los frutos de la huerta como sus famosos albaricoques de damasco o de hueso dulce y la pereta, dátiles, granadas, higos... y, la repostería tradicional con sus monas, buñuelos, almendrados, rollos de naranja o anís y mantecados.

Sobre el autor:

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.

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