Alimentación

¿Aumentar la grasa parda o marrón sirve para que los mayores adelgacen?

Teresa Rey

Foto: Bigstock

Domingo 5 de enero de 2020

6 minutos

Algunos estudios han verificado que un incremento de este tejido graso ayuda a la pérdida de peso

Termogénesis de los alimentos
Teresa Rey

Foto: Bigstock

Domingo 5 de enero de 2020

6 minutos

La grasa cumple una función en el organismo y es necesaria porque constituye un reservorio de energía importante, de hecho por término medio suministra 9 calorías por gramo. Es además un elemento de reserva y protección, interviene en la síntesis de las hormonas tiroideas y sales biliares, se encarga del transporte de vitaminas liposolubles (A, D, E y K), desempeñan su papel en el desarrollo de algunas estructuras relacionadas con el sistema nervioso, protege determinadas zonas del cuerpo como las glándulas mamarias, y regula la concentración de lípidos y lipoproteínas.

Su estructura y misión

Estas son sus principales funciones, pero dentro del organismo hay varios tipos de grasa, siendo la grasa parda o marrón especialmente diferente por su configuración y la misión que desarrolla dentro del cuerpo. Estos elementos que la distinguen es lo que ha llevado a algunos expertos a recomendar un aumento de la misma porque según diversas investigaciones ayuda a regular el peso corporal.

La grasa parda o marrón convive junto con el tejido adiposo blanco que es el que se encarga de almacenar las calorías. Sin embargo, este otro tipo de grasa tiene como objetivo principal mantener la temperatura corporal. Cuando se experimenta frío se activa para generar calor y lo hace quemando energía. Realmente el tejido adiposo marrón está implicado directamente en la producción de calor, es decir, la termogénesis también conocida como termorregulación.

Al mismo tiempo, la grasa parda está compuesta por un gran número de mitocondrias distribuidas a lo largo de todo el adipocito, y ellas le confieren esta singular tonalidad. Sin embargo, la blanca contiene una única gota lipídica o vesícula de grasa que la configura en su totalidad.

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Mientras que la grasa blanca está por todo el cuerpo, la localización de la parda es más difusa. Antes se pensaba que solo la tenían los recién nacidos porque hay más al nacer, pero después se comprobó que los adultos la tienen también, aunque no todos la poseen en la misma cantidad. Generalmente se encuentra distribuida por el cuello (en la parte de la nuca), en las axilas (zona paravertebral y supraclavicular), en los riñones y en los vasos que configuran el tronco.

La edad influye en su presencia, que se ve disminuida con el paso del tiempo, por ello las personas mayores tienen menos por lo general. De igual modo, destaca que las mujeres poseen más cantidades. Las personas con un Índice de Masa Corporal más bajo suelen tener más de la misma y al igual que quienes presentan niveles de glucemia normales. De hecho, algunos estudiosos han verificado que las personas con mayor proporción de grasa parda suelen ser más delgadas porque esta incrementa el consumo metabólico basal o el gasto de calorías que se necesita cada día impidiendo así que se acumule la grasa blanca.

En conclusión, tal y como explica la doctora Amil López Viéitez en su libro Tu última dieta, este tejido graso activa la termogénesis, de modo que quema o transforma los triglicéridos y la glucosa de la sangre en energía, y por este motivo “puede emplearse como un opción terapéutica para tratar la diabetes”.

Aún se sigue investigando

Por todas estas características algunos investigadores están centrándose en encontrar métodos que ayuden a aumentar este tejido en el organismo, pues podría ayudar a adelgazar. Por un lado se están investigando los mecanismos de acción que estimulan la puesta en marcha de esta grasa. Otras líneas se centran en la manera de transformar la grasa blanca en marrón de tal manera que se pueda activar a través de estímulos térmicos o de la actividad física con mayor facilidad.

De forma paralela, se ha analizado la influencia de algunos alimentos en la generación de la grasa marrón. Por ejemplo, un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) descubrió que tomar una taza de café podría estimularla. Los estudios se iniciaron primero en células madre y una vez detectada la dosis correcta probaron en humanos para comprobar qué ocurría. Para ello recurrieron a una técnica de imagen térmica con el objeto de rastrear las reservas de grasa marrón del cuerpo. Con este método no invasivo se podía localizar la grasa parda y evaluar su capacidad para generar calor.

Los resultados fueron positivos por ello los investigadores concluyeron que es necesario considerar la cafeína como un posible estímulo para esta grasa o ver si hay otro componente del café además que es el responsable de esta actuación. Por ello, se han planteado investigar con suplementos de cafeína con el objetivo de verificar si el efecto es igual.

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Cómo estimularla

A pesar de no estar muy claros los mecanismos que hacen que las colorías consumidas se transformen en un tipo de grasa, hay recomendaciones para que la grasa marrón se active.

La doctora López Viéitez asegura que el frío activa el sistema nervioso simpático y segrega catecolaminas que a su activan este tejido graso, por eso recomienda no poner la calefacción muy alta o de vez en cuando tomar agua con hielo o un helado con postre. En los mayores, es importante seguir estas recomendaciones con cautela y consultar antes con el médico.

A su vez se aconseja practicar ejercicio físico con regularidad o comer manzanas y peras con piel, ya que estas contienen ácido ursólico que ayuda a activarla también.

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Teresa Rey

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