Los avances en terapias dirigidas que están cambiando el tratamiento de las enfermedades reumáticas

No solo avanzar en las investigaciones sobre nuevas terapias y medicamentos sino, además, lograr tratamientos cada vez más personalizados, que actúen frente a los síntomas y características genéricas de una enfermedad, y tambien ante las particularidades que esta pueda presentar en un paciente concreto... ese es el objetivo de la medicina actual en cualquiera de sus especialidades.

También en el campo de la reumatología, el desarrollo de terapias biológicas especificas, junto a las nuevas tecnologías de imagen, que permiten conocer mejor el avance de la enfermedad, han supuesto un cambio más que importante en lo que respecta tanto al diagnóstico de cada patología, como en lo referente a su tratamiento. Existe un amplio espectro de enfermedades reumatológicas y en la mayoría de ellas, la innovación en las terapias aplicadas desde hace unos años, abre nuevas vías para que los distintos tratamientos no se limiten a aliviar los síntomas, sino que, en un futuro, puedan frenar el avance de algunas de estas enfermedades, muchas de carácter crónico y degenerativo.

¿Qué son las terapias dirigidas?

La Sociedad Española de Reumatología (@SEReumatologia) explica que estas terapias se basan en la utilización de un grupo muy concreto de innovadores fármacos, capaces de actuar frente a las enfermedades reumatológicas tanto de carácter inflamatorio, como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante, como en el caso de patologías metabólicas óseas de origen autoinmune.

El Dr. Marcos Paulino, reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real (@SanidadCLM), ha detallado en el marco del IV curso de Terapias Dirigidas organizado por la Sociedad en colaboración con Sandoz (@Sandoz_Global), que estos nuevos medicamentos actúan bloqueando la acción de aquellas moléculas, enzimas o proteínas que desempeñan un papel determinante en la aparición de una de estas enfermedades reumatológicas o en su avance, que permite que progresen hasta que llegan a volverse crónicas. El doctor señala que estas terapias, que aunque resulten innovadoras llevan más de 20 años siendo desarrolladas, están dando buenos resultados ya que se está consiguiendo minimizar las posibles consecuencias en los pacientes con un buen perfil de seguridad.

Las terapias biológicas, claves para logra la máxima eficacia

Los medicamentos utilizados desde hace décadas para tratar las enfermedades reumatológicas actúan eficazmente ante los síntomas característicos de cada una de ellas, principalmente ante el dolor y la inflamación. Además, como señala la Artrhitis Foundation (@ArthritisFnd), hay fármacos específicos para tratar, con buenos resultados, síntomas específicos, por ejemplo para reducir los niveles de ácido úrico en caso de gota o para que la pérdida de densidad ósea sea menor en el caso de la osteoporosis. Algunos medicamentos se centran además en mantener bajo control la actividad del sistema inmunológico cuando este es el “responsable” de desencadenar enfermedades reumáticas, como ocurre en ciertos tipos de artritis.

Es en este segmento de recursos farmacológicos terapéuticos donde el desarrollo de las terapias biológicas, entre las que se encuentran las terapias dirigidas, está demostrando su gran potencial con unos primeros resultados positivos y esperanzadores.

Tras los buenos resultados obtenidos con el uso de los llamados Fármacos Modificadores de la Enfermedad (FAMEs) a la hora de lograr normalizar las funciones del sistema inmune, alteradas ante la presencia de patologías como la artritis psoriásica o el lupus eritematoso sistémico, las terapias dirigidas suponen un paso más al intentar lograr nuevas moléculas que puedan “dirigirse” justo donde resulten más efectivas cuando de lo que se trata es de restablecer el equilibrio del sistema inmunitario de un determinado paciente, El objetivo es conseguir que sus defensas pueda cumplir su función protectora del organismo y que el sistema inmunitario deje de ser su “enemigo”, algo que ocurre en distintas enfermedades reumatológicas de origen autoinmune como el lupus, la esclerodermia o el Síndrome de Sjögre.

Avances también en el diagnóstico por imagen

Aunque en este conjunto de enfermedades las radiografías siguen siendo una herramienta de máxima utilidad para los especialistas reumatólogos, los nuevos sistemas de imagen por Resonancia Magnética Nuclear (RNM), que hacen posible ver cualquier lesión inflamatoria que presente un hueso, un tejido o una articulación, ha supuesto, sin duda, otro importante avance en la detección y en el mejor control de la evolución de la enfermedad reumática, sobre todo en el caso de la espondiloartritis.

La obtención de imágenes 3D de máxima definición permite al especialista no solo conocer el estado real de las articulaciones afectadas por una patología reumática, comprobando el grado exacto de inflamación, sino que además mejora la capacidad de prever la posible evolución de la enfermedad.

Tanto las terapias dirigidas, que se espera incluyan nuevos fármacos biosimilares, como los son innovadores sistemas de obtención de imágenes, son dos pilares básicos en el tratamiento actual de numerosas patologías reumáticas que podrían mejorar su pronóstico y con ello la calidad de vida de las personas que las sufren.