Bebidas naturales que te ayudan a combatir el hígado graso
Estas bebidas tienen ingredientes fáciles de conseguir y hacerlas no te llevará mucho tiempo
El sobrepeso y un nivel alto de triglicéridos influyen notablemente en la aparición del hígado graso, mientras que las personas que consumen bebidas alcohólicas con asiduidad también tienen más riesgo de padecerlo. Ante esta situación, los expertos recomiendan incluir en la dieta bebidas que, gracias a su poder desintoxicante y digestivo, ayudan a reducir la severidad de este mal.
Bebidas naturales contra el hígado graso
Zumo de remolacha
La fibra, los antioxidantes y los minerales que la remolacha incluye en su composición ayudan a desintoxicar el hígado y a eliminar el exceso de grasa. Para notar sus efectos, toma dos vasos de zumo, uno en ayunas y otro a media tarde, durante tres semanas.
Zumo de nísperos
Esta fruta tiene un efecto depurador que puede disminuir la acumulación de grasa en las células hepáticas. La cantidad adecuada de esta bebida es un vaso, siempre en ayunas, durante tres semanas seguidas.
Té de boldo
El boldo contiene dos principios activos que combaten la acumulación de triglicéridos y ácidos grasos: la boldina y la boldoglucina. Añade una cucharadita de hojas de boldo a una taza de agua hirviendo, deja que repose durante diez minutos y cuela el líquido. Recurre a una taza a media mañana y otra a media tarde durante dos semanas. Descansa otras dos y empieza de nuevo.
Infusión de jengibre
El jengibre combate el hígado graso gracias a su alto contenido en antioxidantes y antiinflamatorios. Incluye una cucharadita de jengibre en polvo en una taza de agua hirviendo, déjala reposar diez minutos y agrega una cucharada de zumo de limón y otra de miel. Con una taza en ayunas durante cuatro semanas seguidas será más que suficiente.
Toma alimentos con bacterias beneficiosas
El chucrut, el kéfir, los yogures y otros fermentados son ricos en probióticos y bacterias 'buenas' que siempre van a proteger la salud de tus intestinos. Gracias a ellos, el cuerpo asimila mejor los nutrientes de los alimentos y mantiene a raya las bacterias y las levaduras perjudiciales, que te hacen más propenso a infecciones y liberan toxinas que circulan por el torrente sanguíneo. Además, hay otros muchos factores que influyen en el equilibrio de tu 'yo interior', como el estrés o el consumo de alimentos ricos en fibra.
Cuida tus emociones
Tal y como acabamos de ver, el estrés inflama, oxida y disminuye las defensas de tu organismo. Todo ello mientras el hígado produce glucosa y el páncreas, insulina. Sin embargo, cuando estás constantemente en ‘modo emergencia’, las sustancias que el organismo libera en el torrente sanguíneo, a la larga, pueden resultar perjudiciales.
Además, la segregación continua de cortisol y catecolaminas acelera el proceso de envejecimiento, los niveles de azúcar se elevan, aumenta la tensión arterial, se ralentizan algunas actividades metabólicas y se inhibe el sistema inmunitario. Para reducirlo, haz alguna práctica que te guste para minimizar las sustancias químicas que inundan el cuerpo y que al hígado tanto le cuesta eliminar.
