Hablamos de uno de los síntomas más claros con la llegada de la menopausia. Los sofocos, o lo que es lo mismo, una molesta situación que comienza con una sensación de calor en el rostro y pecho principalmente y que, en ocasiones, viene acompañada de un ritmo más elevado de las palpitaciones del corazón, ruboración de las mejillas, un aumento de la sudoración o una sensación de frío cuando ese sofoco desaparece.
Un desequilibrio hormonal que suele aparecer durante esta fase que vive la mujer y que pone fin a la menstruación para dar comienzo a la etapa conocida como climaterio. Así, mientras algunas mujeres tienen pocos o ningún síntoma, para otras se trata de algo muy molesto que llega a interferir en su calidad de vida.
Para paliar un tanto estos síntomas, desde la Clínica Mayo (@ClinicaMayo) mencionan que la manera más eficaz de aliviarlos es por medio de la ingesta de estrógenos; aunque según estos mismo expertos conlleva ciertos riesgos que deben ser tenidos en cuenta y advertidos por los propios profesionales sanitarios. Medicamentos como antidepresivos también pueden ayudar en el caso de los sofocos, aunque con menor eficacia, aseguran.
Junto a este tratamiento farmacológico, existen otras soluciones prácticas para reducir esos molestos sofocos que van desapareciendo poco a poco. En el caso de algunas mujeres incluso bastantes años después.