Victoria Herrero
Cuídate
Procedimiento y cuidados tras una mastopexia en el caso de las personas mayores
Gracias a esta intervención quirúrgica estética, se procede al levantamiento de los senos
Los cambios de peso, la edad o las consecuencias de los embarazos o la lactancia están detrás de que muchas mujeres noten, y observen, cómo sus pechos no se encuentran cómo hace años. La gravedad ha hecho de las suyas y esos senos ahora se encuentran descolgados, flácidos o caídos. En términos menos coloquiales, esta situación recibe el nombre de ptosis mamaria.
Para evitarlo y proceder al levantamiento de las mamas, existe una cirugía llamada mastopexia que se realiza con el fin de "recolocar las mamas en un lugar óptimo". Sin embargo, no debemos olvidar que estamos hablando de una intervención quirúrgica y, como tal, cuenta con sus ventajas y desventajas que hoy te detallamos y que no deben pasar por alto las personas mayores que se hacen este tipo de operación.
Los beneficios de la mastopexia
"Es una técnica quirúrgica muy agradecida donde la mujer recupera seguridad y autoestima al ver sus mamas rejuvenecidas, con más plenitud y más simetría”, explican desde Sanitas (@sanitas) acerca de esta intervención que, aunque se realiza sobre todo en el caso de las mujeres, también cuenta con pacientes masculinos.
Así, gracias a esta operación (que se puede hacer con o sin implantes mamarios) se procede al levantamiento de ese pecho, al tiempo que se corrige la altura a la que están la areola y el pezón respecto a la mama y al propio cuerpo. Una vez hecho esto, la piel sobrante se extirpa.
Lo bueno es que este tipo de cirugía es que, salvo complicaciones, no requiere de ingreso hospitalario por lo que uno puede dormir esa misma noche en casa e ir poco a poco recuperando su vida normal al cabo de una semana desde la intervención. En dos o cuatro meses, el aspecto será inmejorable.
El cierre de la incisión se realiza mediante una sutura interna con material reabsorbible, por lo que no suelen producirse problemas de cicatrización y no es necesario retirar punto alguno. Lo que sí hay que hacer durante esta recuperación es evitar realizar movimientos bruscos con los brazos o coger peso.
¿Hay riesgos?
Si la intervención se realiza en un centro de calidad y con unos profesionales cualificados, apenas hay riesgos, pero es importante que los pacientes fumadores sepan que debido al consumo habitual de tabaco pueden surgir ciertas complicaciones sobre todo a la hora de que la cicatrización siga su curso normal. Por ello, los especialistas antes mencionados recomiendan dejar de fumar las semanas anteriores y posteriores a la operación.
Otro de los inconvenientes, que no podría ser considerado un peligro como tal, es que durante las primeras semanas estos pacientes operados deben dormir boca arriba (o como mucho de costado), por lo que pueden aparecer ciertas molestias en la espalda o cuello de las personas que no están acostumbrados a dormir en esta posición.
Por último, durante las primeras semanas es normal que la aureola muestre un edema que se solventará poco a poco. Con una colocación adecuada de los apósitos y manteniendo hidratada la zona de la cicatriz esa hinchazón irá bajando.