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Uñas acrílicas y de gel: lo que debes tener en cuenta antes de elegirlas

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 2 de junio de 2019

3 minutos

Son un elemento estético, con sus pros y sus contras, del que no conviene abusar

Uñas acrílicas y de gel
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 2 de junio de 2019

3 minutos

Los cambios físicos, propios del envejecimiento natural, también afectan a nuestras uñas. La aparición de estrías en su superficie y de otros problemas como la mayor debilidad o la onicosquisis lamelar (separación por capas) son dos de los problemas habituales que pueden sufrir nuestras uñas a partir de los 50 o 60 años, como apunta la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Las uñas acrílicas y de gel son una opción para poder lucir unas manos bonitas en las que no falten unas uñas impecables, pero conviene saber en qué consiste exactamente este recurso estético, antes de decidir si pueden suponer un riesgo para la salud de la uña natural.

Cómo se elaboran y colocan las uñas esculpidas

Lo que hace décadas llamábamos uñas "postizas" es algo que tiene muy poco que ver con las actuales uñas esculpidas. Las uñas acrílicas y de gel han venido para sustituirlas, dando excelentes resultados a la hora de lucir unas manos cuidadas y una manicura perfecta.

Como explican expertos esteticistas son dos productos similares que cumplen el mismo fin, pero no exactamente iguales. En los dos casos, se trata de uñas esculpidas, que se trabajan sobre la uña natural. Las acrílicas se elaboran a partir de un polímero que se mezcla con un líquido específico que se va aplicando en capas para crear la nueva uña, que cubrirá completamente a la nuestra. Las hechas con gel se diseñan extendiendo también el producto concreto sobre la uña y, en este caso, es necesario exponerlas, durante unos minutos, a la luz de una lámpara de rayos UV para su completo secado.

Los resultados de este trabajo estético son excelentes (siempre que los realice un buen profesional). Las uñas lucen impecables, fuertes y brillantes. Las acrílicas son más resistentes que las de gel, aunque menos flexibles. En ambos casos para mantenerlas es necesario acudir al salón de belleza, cada tres o cuatro semanas, para retocarlas a medida que crece la uña natural.

Hasta aquí, todo son ventajas, pero hay que tener en cuenta que esta técnica estética también tiene sus inconvenientes, que debes valorar antes de optar por ellas. En primer lugar, la colocación de estas uñas esculpidas requiere un intenso limado previo de las naturales y va a depender del estado en el que se encuentren las tuyas, el hecho de poder soportarlo mejor o peor. Un limado demasiado agresivo podría dañarlas y debilitarlas si no están lo suficientemente fuertes.

Otra desventaja se presenta en el momento en que quieras retirarlas por cualquier motivo (deterioro, rotura, cansancio por el mantenimiento que requieren…). No puedes hacerlo en casa. Debe ser también un profesional el que proceda a quitarlas de la forma adecuada. Generalmente es necesario el uso de productos agresivos como la acetona para lograrlo, algo que también influye en el deterioro de la uña natural.

Por último, hay que recordar que las uñas necesitan permanecer temporadas en contacto con el aire, sin capas de esmaltes que las recubran por lo que, tanto si optas por uñas acrílicas como si eliges las de gel, procura que tus uñas “descansen”, al menos una o dos semanas, entre una manicura de este tipo y la siguiente.

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Mariola Báez

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