Miriam Gómez Sanz
Salud
Manchas solares: un 90% de los mayores las presenta y ya tienen solución
Tratamientos como IPL o radiofrecuencia ayudan a recuperar uniformidad tras el verano
Para muchas personas mayores, el final del verano no solo trae la vuelta a la rutina, también aparecen en el espejo esas pequeñas manchas marrones que recuerdan las horas de sol acumuladas a lo largo de toda una vida. Según el Hospital Quirónsalud Córdoba, el 90% de quienes superan los 60 años presenta léntigos solares, unas lesiones benignas muy frecuentes que encabezan las consultas dermatológicas cuando llega septiembre.
La doctora Victoria Jiménez, especialista de la Unidad de Medicina Estética del centro cordobés, explica que estos léntigos "son una manifestación muy común del fotoenvejecimiento cutáneo", pero insiste en que se pueden tratar con buenos resultados gracias a las nuevas tecnologías, "logrando una piel más uniforme y luminosa".
Los léntigos suelen instalarse en las zonas más expuestas al sol: el rostro, el escote y el dorso de las manos. Aunque aumentan con la edad, la doctora recuerda que también pueden aparecer en personas jóvenes con piel clara o con exposiciones intensas al sol sin protección.
El tratamiento más empleado actualmente es la luz pulsada intensa (IPL), que actúa justo sobre la mancha sin dañar la piel de alrededor. Es un procedimiento rápido y, según Jiménez, sus efectos "comienzan a apreciarse a los pocos días". Eso sí, después conviene evitar el sol directo y usar productos reparadores para favorecer la recuperación.

El melasma también preocupa
Además de estas manchas solares, el melasma es otra alteración pigmentaria habitual. Afecta sobre todo a mujeres y está muy relacionado con factores hormonales, la exposición solar o el estrés. Puede aparecer durante el embarazo —entre un 14% y un 56% de las gestantes— o en mujeres que toman anticonceptivos, aunque no es exclusivo de ellas.
Para estos casos, el hospital cuenta con radiofrecuencia fraccionada con microagujas, una técnica que estimula la regeneración de la piel y permite aplicar principios despigmentantes de forma precisa. "El resultado es visible desde los primeros días", señala la doctora, destacando la mejora tanto en el tono como en la textura.
Tras los meses de sol más intenso, llega la mejor época para reparar. "La piel tiene memoria, y cada verano deja su huella", recuerda Jiménez. Por eso, recomienda actuar en otoño, cuando ya no existe una exposición solar tan continua, para prevenir envejecimiento prematuro y recuperar la luminosidad natural.


