Medicina general

Enfermedad de Pick: una demencia, poco común, que puede aparecer a partir de los 50 años

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 12 de agosto de 2019

3 minutos

Cambios bruscos en el estado de ánimo y comportamientos extraños son sus primeros síntomas

Enfermedad de Pick
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 12 de agosto de 2019

3 minutos

La Organización Mundial de la Salud (@OMS_es) define la demencia como un síndrome, generalmente crónico y progresivo, que implica el deterioro de la función cognitiva, pudiendo afectar a múltiples facetas del individuo: memoria, intelecto, comportamiento, lenguaje… Por tanto, es importante recordar que existen distintos tipos de demencia. Una de las menos frecuentes es la Enfermedad de Pick.

Considerada una enfermedad rara (@FEDER_ONG) por su escasa prevalencia, se trata de una demencia de tipo cortical. Esto quiere decir que lo que la provoca es el daño neuronal producido en una zona muy concreta del cerebro: los lóbulos frontales y, en ocasiones, también los parietales.

Se cree que la Enfermedad de Pick tiene un fuerte componente genético, aunque sus causas no están delimitadas con exactitud. Lo que se ha confirmado es que las neuronas afectadas presentan una alteración a nivel de proteínas, conocida como cuerpos de Pick. Esta es una enfermedad compleja de la que existen, además, distintos tipos, como señala la Fundación Niemmann- Pick (@FNP_Espana).

Enfermedad de Pick

Qué síntomas apuntan a esta rara demencia

Probablemente, lo que diferencia a esta enfermedad degenerativa de otras demencias, como el Alzheimer, es que los primeros síntomas se centran principalmente en los cambios de conducta progresivos, más que en la posible pérdida de memoria. Los comportamientos extraños pueden ser de todo tipo, desde la apatía y el desinterés total por todo lo que rodea al paciente, hasta una conducta desinhibida que puede provocar multitud de situaciones, así como respuestas compulsivas y exageradas, incluso agresivas, y conductas que se repiten como una obsesión.

A medida que la enfermedad avanza, comienza el deterioro progresivo del lenguaje y la comunicación. Las dificultades para leer, escribir o hablar se hacen visibles, junto a la pérdida de memoria más o menos acusada según los casos. Los cambios físicos, que indican daño neurológico, poco a poco también van siendo más graves (templores, dificultad para caminar…).

Aunque esta enfermedad no tiene cura, la investigaciones continúan para encontrar su origen y ofrecer a los enfermos nuevos tratamientos que mejoren su calidad y esperanza de vida.

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Mariola Báez

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