Medicina general

Hilos de sustentación para evitar la flacidez facial: ¿son una solución para personas mayores?

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 21 de julio de 2019

3 minutos

Esta técnica de Medicina Estética ofrece resultados similares a un lifting pero de carácter temporal

Hilos de sustentación para evitar la flacidez facial
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Domingo 21 de julio de 2019

3 minutos

La implantación de hilos de sustentación o hilos tensores es una intervención quirúrgica de Medicina Estética poco invasiva, que puede ser una buena solución cuando, por el paso de los años, la pérdida de tono en la musculatura de la cara trae, como consecuencia, la aparición de “descolgamientos” en puntos concretos.

La Sociedad Española de Medicina Estética (@SEMEstetica) explica que esta operación consiste en implantar finísimos hilos, similares a los que se utilizan como sutura quirúrgica, a nivel subcutáneo, para que “tiren” y eleven el área que presenta flacidez y la devuelvan a su posición original en el conjunto de la cara.

¿Cuándo puede ser aconsejable este tratamiento estético?

Debe ser el médico quien evalúe si esta es la técnica de rejuvenecimiento facial más apropiada dependiendo de cada caso. En general, es aconsejable para frenar los primeros signos de flacidez, pero cuando esta ya resulta demasiado pronuniada, puede no ser la opción idónea.

Aunque este tipo de intervenciones pueden llevarse a cabo en casi cualquier punto del cuerpo y de la cara, clínicas especializadas apuntan a que resultan especialmente efectivas para lograr el levantamiento de cejas caídas, corregir problemas de doble mentón o papada, elevar los pómulos o conseguir una mayor redefinición del óvalo facial cuando el contorno de la mandíbula presenta flacidez pronunciada.

Hilos de sustentación para evitar la flacidez facial

Aunque cada caso es distinto, los hilos tensores se colocan habitualmente con anestesia local, realizando minúsculas incisiones para implantarlos justo donde son necesarios para cumplir su cometido. Están hechos con un material totalmente biocompatible y son reabsorbidos por el propio organismo.

Pueden emplearse de dos tipos distintos según las necesidades que presente cada intervención. Algunos son de “autoanclaje”, ellos mismos se quedan fijos bajo la piel provocando una fibrosis que activa las células cutáneas (especialmente los fibroblastos) no solo para tensar, sino también para renovar los tejidos dérmicos. En otros casos, los hilos requieren un anclaje específico para mejorar su fijación. Este tipo de operación requiere puntos de sutura.

Si estás interesada en este tipo de tratamiento de estética, debes acudir a centros especializados y, antes de decidirte, valorar sus pros y contras. ¿Lo mejor? Es una intervención que se realiza con anestesia local y resulta relativamente sencilla. En cambio, los resultados definitivos tardan unos meses en apreciarse y el efecto de los hilos tiene una duración aproximada de dos años.

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Mariola Báez

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