Medicina general

¿Qué son los Síndromes Mielodisplásicos?

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 7 de octubre de 2019

3 minutos

Este conjunto de afecciones, que inciden en la médula ósea, pueden derivar en algún tipo de leucemia

Síndromes mielodisplásicos
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 7 de octubre de 2019

3 minutos

Abrir nuevas líneas de investigación, que permitan conocer mejor los factores que inciden en la aparición y el desarrollo de la enfermedad y logren medicamentos eficaces con los que hacerle frente, es uno de los proyectos en los que se centran actualmente los investigadores del Instituto de Investigación Contra la Leucemia Josep Carreras (@fcarreras), que señala que los síndromes mielodisplásicos afectan especialmente a las personas mayores de 60 años.

Se trata de una patología compleja, que tiene su origen en una alteración de las células madre sanguíneas que produce la médula ósea. En una persona sana, estas células se generan en la médula, maduran y se incorporan al torrente sanguíneo en forma de glóbulos rojos, blancos y plaquetas, pero cuando se dan estas alteraciones, la producción es anómala y/o insuficiente.

Síndromes Mielodisplásicos

Evolución y tratamiento de la enfermedad

Generalmente, los síndromes mielodisplásicos se detectan a través de una analítica, en la que se aprecia algún tipo de alteración de las células sanguíneas, aunque serán necesarias pruebas posteriores, como una biopsia de médula ósea, que confirmen en diagnóstico.

En cuanto a los síntomas que pudieran ponernos en alerta, son variables y van a depender del tipo de alteración sanguínea que presente la enfermedad. Cansancio, debilidad, anemia o infecciones y hemorragias frecuentes (cuando la alteración radica en la disminución de glóbulos blancos y plaquetas) se encuentran entre los más habituales.

No es una enfermedad contagiosa y se cree que no es hereditaria. Como factores de riesgo, la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (@AEAL_) señala que la exposición a la radioactividad o los rayos X en exceso, el contacto con sustancias nocivas (como el benceno) o metales pesados y los tratamientos anteriores de quimio o radioterapia son algunos de los posibles desencadenantes.

Los tratamientos van a depender de la propia evolución de la enfermedad y de su grado de agresividad, que puede hacer que derive en una leucemia mieloide aguda. Cualquiera de ellos va encaminado a frenar su avance, por medio de fármacos, transfusiones sanguíneas y, en casos determinados, mediante un trasplante de médula ósea.

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Mariola Báez

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