La médula ósea es un tejido que se encuentra en el interior de algunos huesos y que cuenta con una gran cantidad de células madre, que son las encargadas de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, necesarios para vivir.
Tal y como explica el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid, el trasplante de médula ósea "es la única curación posible para muchas personas que padecen enfermedades como leucemias o linfomas". Lamentablemente, tres de cada cuatro pacientes no tienen un familiar compatible para realizar dicho trasplante, motivo por el que hace años se crearon los registros anónimos y altruistas de donantes de médula ósea, a los que recurren el 90% de los afectados.
Sin embargo, ser donante de médula ósea implica también ciertos requisitos. En primer lugar, debes estar inscrito como donante para asumir el compromiso y la voluntad en el momento en el que un paciente compatible te necesite. ¿Qué otros aspectos debes tener en cuenta?
El 1 de enero de 2018, la edad máxima para poder ser donante de médula ósea bajó de los 55 a los 40 años. "Esta reducción de la edad máxima responde al hecho de que en un 90% de los casos, los trasplantes de médula ósea no emparentados se hacen con personas menores de 40 años, porqué los resultados clínicos son mejores", explican desde el Banc de Sang i Teixits (@donarsang), empresa pública del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.
Eso sí, si ya estabas inscrito antes de cumplir los 40, podrás donar hasta los 60 años. Sin embargo, esta no es la única condición para convertirse en donante de médula, pues tu estado de salud es un aspecto fundamental.