Medicina preventiva

Evitar la obesidad o el alcohol y otras medidas para prevenir el cáncer de estómago

Teresa Rey

Foto: Bigstock

Sábado 24 de agosto de 2019

ACTUALIZADO : Lunes 18 de noviembre de 2019 a las 12:14 H

3 minutos

La dieta puede influir, pero los expertos inciden en la necesidad de hacer pruebas diagnósticas

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Teresa Rey

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Sábado 24 de agosto de 2019

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Desde la Sociedad Americana del Cáncer son muy claros a la hora de advertir que no hay una manera segura de prevenir el cáncer de estómago. No obstante, sí existen una serie de medidas que podemos incorporar en nuestra vida diaria y que, básicamente, se refieren a hábitos de vida y pautas de alimentación.

Sobrepeso y ejercicio

Se cree que el sobrepeso puede elevar el riesgo de sufrir este cáncer, mientras que hacer ejercicio físico diariamente lo reduciría. Por ejemplo, desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD @saludigestivo) aseguran que diversos estudios han demostrado que efectuar actividad física con regularidad está vinculado a una reducción en el riesgo de cáncer de colon.

La obesidad es un problema que puede provocar distintas afecciones en el organismo, siendo uno de ellas la aparición de tumores, aunque probablemente no como único desencadenante, sino como un factor más. La manera idónea de mantener un peso adecuado es combinar el deporte con una dieta saludable. Algunos expertos recomiendan como patrón alimentario la dieta mediterránea.

En general, una buena alimentación se debe basar en la ingesta diaria de frutas y verduras, limitar la grasa de origen animal, a excepción del pescad; así como aquellos productos que contengan ácidos grasos saturados y demasiados azúcares. A ser posible, descartar también los procesados, moderar la ingesta de carne roja y de alimentos muy salados, matizan desde la FEAD.

Tabaco y alcohol

El tabaco también supone un riesgo para desarrollar cáncer gástrico. Al dejar este hábito, la posibilidad se ve disminuida, algo que se hace evidente pasados cinco años y que se acentúa con el paso del tiempo.

Hay que moderar el consumo de alcohol, pues diversas evidencias han demostrado que aumenta la probabilidad de desarrollar células escamosas en el esófago. Si dejamos de beber, esta disminuye un 60% a los 10 años o más. Este hábito se encuentra muy vinculado al cáncer de hígado, especialmente al desarrollar cirrosis hepática. Al mismo tiempo, se ha detectado una correlación lineal entre la cantidad de alcohol ingerida y el cáncer colorrectal.

Pruebas preventivas

Los expertos aseguran que “hay evidencia suficiente de que el cribado del cáncer colorrectal en población de riesgo medio, con prueba de sangre oculta en heces anual o bienal o colonoscopia cada 10 años, disminuye la incidencia y la mortalidad por esta neoplasia”.

Al mismo tiempo, especialistas de la FEAD aseguran que sería necesario hacer una vacunación universal frente al virus de la hepatitis B. Actualmente, existe una vacuna eficaz contra el mismo y la mayoría de los cánceres hepáticos tienen una relación con la infección crónica por el virus de la hepatitis B.

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